El jueves 30 de septiembre un grupo de 20 michoacanos llegaron a Acapulco. Estaban de vacaciones y viajaban en grupo. A bordo de cuatro vehículos, los michoacanos buscaban un lugar para hospedarse. Sin embargo, alrededor de las cinco de la tarde fueron interceptados por un comando armado cerca de la glorieta del fraccionamiento Costa Azul.

 

Los levantados eran albañiles y mecánicos, pero por sus placas vehiculares fueron confundidos como miembros de La Familia Michoacana. Sus delatores: taxistas que sirven como halcones o vigías para el crimen organizado.

 

35 días después, el 4 de noviembre, fueron hallados los cuerpos de los michoacanos secuestrados en una fosa clandestina a las afueras del puerto. Todos fueron torturados y tenían el tiro de gracia.

 

Conocedores de rutas de ingreso y salida, de corredores utilizados para el transporte de drogas, de las áreas importantes y puntos de conflicto, los taxistas se han convertido en los últimos en los “halcones” del crimen organizado. Sin embargo, esta condición también ha provocado que sean blancos de las organizaciones criminales.

 

Tamaulipas, Nuevo León y Guerrero son las arenas de batalla. Tan sólo el año pasado fueron ejecutados 20 taxistas en Monterrey por lo menos otros 53 en Acapulco.

 

En los últimos meses, los asesinatos de taxistas también se han reportado en Nayarit, Isla Mujeres y Xalapa.

 

Los halcones

 

De acuerdo con autoridades federales y estatales, los cárteles de las drogas contratan a taxistas para trabajar como vigías, mejor conocidos como halcones. Su función es advertir a los grupos criminales sobre movimientos del ejército y operativos policiales.

 

También son utilizados como vendedores de droga al menudeo.

 

Los Halcones usan celulares y radioteléfonos para avisar de movimientos inusitados de la policía, soldados o marinos

 

Estos empleados del narco son los primeros en la escena de un secuestro o un ataque armado y son responsables de asegurarse que áreas estén libres, de manera que no haya testigos durante la realización de actividades de la delincuencia organizada.

 

Los halcones reciben pagos que oscilan entre los 2 mil 500 y los 5 mil pesos al mes.

 

Los blancos

 

Sin embargo, en los últimos meses se ha registrado un aumento en los asesinatos de taxistas, algunos por miembros de grupos rivales o por deslealtades o traiciones.

 

Los Zetas y los Cárteles del Golfo y de Sinaloa son los principales grupos señalados por diversas autoridades de cometer estos crímenes.

 

Los Zetas y el Cártel del Golfo están en lucha por el control de la plaza de Tamaulipas, mientras que las organizaciones de El Chapo y de El Lazca están en una cruenta lucha por el control de actividades criminales en Nuevo León, en tanto que en Acapulco, Los Zetas, el Cártel de Sinaloa, Los Beltrán Leyva, La Familia Michoacana y el Cártel Independiente de Acapulco están en guerra por el control del puerto.

 

En estos tres estados, según reportes policiales, se han producido más de 100 asesinatos de taxistas en el último año.

 

Los casos

 

En abril de 2012, ocho taxistas fueron asesinados en las colonias Cuenca Verde y Lomas de San Roque, en Monterrey.

 

Ese mismo mes, los cuerpos decapitados de cinco taxistas fueron encontrados al sur de Acapulco. Junto a los cuerpos de los taxistas había una narcomanta firmada por La Barredora, El Comandante del Diablo y el Cártel de Sinaloa.

 

El 21 de febrero de este año, otros cinco taxistas fueron asesinados a balazos mientras esperaban a sus clientes en la carretera Cabeza y Luis Donaldo Colosio, en la misma ciudad regia.

 

En mayo de 2011, cinco taxistas más fueron asesinados en el cerro Estanzuela, en la carretera de entrada a Monterrey.