YouTube se ha convertido en una fuente inagotable de todo lo que se quiera mirar. No es televisión por definición, hay cosas producidas para verse y otras muchas que son capturadas en video al azar. De estas últimas se desprenden cientos de miles de clips con imágenes verdaderamente estrujantes, como la del niño que en una motocicleta de juguete atraviesa un crucero multitudinario y sale ileso, o el de la niña que sale volando de una camioneta en la cual sus adolescentes padres huyen de la policía, vuelcan y la pequeña vive para contarlo, y ¡claro! Para lidiar con semejantes progenitores.

 

Pero más allá de estos episodios, está la otra pantalla, la de lo político, la difusión efectiva de muchos videos producidos, con mejor o peor fortuna, y que entran de lleno al repertorio de la guerra electoral.

 

Jóvenes 123 a favor de Enrique Peña Nieto, videos del sitio AMLO es MALO,  otro donde la edición hace acopio de negros personajes ligados al PRI. Arrecia pues la propaganda política que no busca exaltar cualidades sino subrayar y amplificar, aún con base en mañosas composiciones, los pecados de partidos y sus abanderados.

 

Colosio, el asesinato

 

La película parte de hechos reales y añade una serie de especulaciones de dominio público sobre el asesinato, en 1994, de Luis Donaldo Colosio. No utiliza nombres reales pero sí recurre a personajes perfectamente identificables. José Córdoba, el maquiavélico super asesor del presidente Carlos Salinas, al también asesinado José Francisco Ruíz Massieu, a su hermano Mario y a un capo de la cañeria política-policiaca del país, Fernando Gutierrez Barrios.

A 18 años de distancia, la recreación resulta entretenida. No puede soslayarse el tiempo político para su puesta en cartelera, una trama que no requiere de mucho enredo para dejar mal parada a una cultura política y a una clase gobernante que asoma medio cuerpo ya de regreso en Los Pinos. Colosio, la película, tiene su intención y su tiempo. Nada es casualidad en este México electoral.

 

El que pasó y el que viene

 

El segundo y último debate entre los cuatro candidatos a la presidencia pasó sin pena ni gloria. El formato fue distinto, que no mejor. El papel del moderador fue más proactivo, mejor. La parte didáctica del manejo de tiempos fue el sustituto de la edecán, ni quien le entendiera, pero al menos no fue factor. El lenguaje televisivo fue… ¡televisivo! fluido y con más sentido para retratar lo que en la Expo Guadalajara ocurrió.

 

Y el que viene el martes 19, en el edificio sede de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal, organizado por el movimiento #YoSoy132, será transmitido por internet en distintas plataformas. La ausencia de Peña Nieto será sin duda presencia. Y después los cierres, los cerrones y la veda.

 

Off

Pausa en radio. En Barra de Opinión de Azteca 13. En Elecciones 2012 de UnoTV. En twitter @CarlosUrdiales y también en www.diariociudadano.com.mx

One reply on “La pantalla alternativa”

Comments are closed.