¿Como se ve la recta final de la contienda presidencial? Depende del cristal de la encuesta con que se la mire.

 

Si la ve con la visión priista del optimismo y la confianza, se vera como una elección holgada en la que la diferencia final será  de hasta dos dígitos, y que en su escenario mas cerrado ven ganador a su candidato con 8 puntos de ventaja; pero si la mira con la visión del tabasqueño Andrés Manuel Lopez Obrador, la imagen del final cambia radicalmente y se ve una elección cerrada en la que el candidato ganador suele ser el y la diferencia finales de apenas 3 puntos.

 

Aun si quiere verla diferente, esta la visión azul de los panistas que en sus ultimas

 

encuestas aseguran haber recuperado el segundo lugar en la carrera y seguir en la pelea con porcentajes (Enrique Peña Nieto 37%, Josefina Vazquez Mota 31%, AMLO 29% y Gabriel Quadri 3%) que harían pensar también en unos comicios que final se cierran a un digito.

 

¿Quien esta viendo la realidad mas objetivamente, mas allá de la visión de que a cada quien le favorecen sus propias encuestas? Pronto se vera.

 

Por ahora lo que queda claro es que el papel de las encuestas y de las casas encuestadoras quedara a revisión después de estas elecciones. Las variaciones de cifras y rangos que muestran los distintos sondeos, hacen dudar de las metodologías, las muestras y los sesgos que aplican las encuestadoras que, mas que un elemento de información o de medición de un momento especifico, han sido utilizadas en esta contienda como un claro instrumento de propaganda política y electoral por los distintos candidatos.

 

El 1 de julio por la noche, a solo ya 12 días, se vera que encuestas y que encuestadoras se apegaron a una metodología científica y cuales solo jugaron a la especulación política; cuales fueron cuidadosas en el manejo de sus cifras y rigurosas en sus levantamientos de campo y cuales simplemente manipularon sus datos para satisfacer a sus clientes.

 

Algunos expertos hablan de factores que podrían hacer quedar mal a las encuestas y mencionan fenómenos como el “voto oculto”, que no se deja retratar en las encuestas o que miente a la hora de ser interrogado por los sondeos. Otros mencionan el voto de los jóvenes electores que, tradicionalmente apático, podría sorprender si en estas votaciones, al calor de movimientos como la #132 aumenta su nivel histórico de participación y carga su innegable fuerza –13 millones de jóvenes votantes y 3 millones de primerizos en las urnas– a favor de un determinado candidato.

 

Así que cada quien esta viendo el final de elección que quiere para esta contienda. El problema es que la realidad solo es una y en 12 días veremos que candidatos, partidos y encuestadoras, incluso que opinadores y analistas, estaban mas cerca de esa realidad o habían construido una a su conveniencia.

 

De la capacidad y madurez que tengan los candidatos para aceptar esa realidad depende que la elección termine bien y se supere y evite una etapa de conflicto postelectoral que en nada ayudara a un país entrampado en un problema grave de violencia, con fuertes presiones económicas del exterior, con la sequía mas grave en buena parte de su territorio, por mencionar solo algunos problemas inmediatos; pero sobre todo una sociedad cansada de conflictos y juegos de desaste entre su clase politica.

 

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