La buena noticia con Dark Shadows -cinta número quince del ya en franca decadencia Tim Burton-, es que el otrora obscuro director recupera algo que había perdido en sus pasadas entregas: el sentido del humor.

 

La mala noticia es que, no obstante que la película tiene momentos realmente chistosos, el ritmo y el tono de la misma no terminan por encajar; Burton recupera el humor, pero no sabe que hacer con él. Así, tenemos frente a nosotros un relato pretendidamente cómico de pseudo-terror bastante irregular donde lo más destacable es el uso de una prodigiosa banda sonora llena de éxitos del rock de los años setenta y algunas actuaciones que, sin ser memorables, denotan al menos cierto grado de emoción por parte de los involucrados en la manufactura de este proyecto.

 

Basada en una vieja serie de televisión del mismo nombre (que incluso se llegó a transmitir por televisión abierta en México), la cinta narra la historia de Barnabas Collins (Johnny Depp), un vampiro que regresa a la vieja mansión de su familia luego de estar enterrado en un ataúd 200 años. Lejos del glamour y el poder económico del que disfrutaban, la familia de Barnabas es ahora bastante disfuncional, con una doctora alcohólica (una gordita Helena Bonham-Carter a la que el matrimonio feliz con Burton al parecer se le fue a las caderas), una adolescente hypersexualizada (impresionante Chloe Moretz), un padre desobligado (Jonny Lee Miller, antes inmortalizado como Sick Boy en Trainspotting), un niño mal portado y la matriarca (una desaprovechada Michelle Pfeiffer) quien guarda un poco del linaje perdido de los Collins.

 

El humor de la cinta radica en el clásico gag del “pez fuera del agua”, donde el Barnabas de 1752 nomás no se haya en la década de los setenta. Así, confunde con magia negra la imagen de un televisor, pide que le lleven su caballo en vez de un automóvil, o se asombra de la amabilidad de aquellos “jóvenes de barbas largas”, refiriéndose a un grupo de hippies pachequísimos.

 

Con gags más funcionales que otros, la cinta es un debate entre la risa franca y el hastío vía una plétora de diálogos aburridos donde el guionista (Seth Grahame-Smith, el autor del libro – parodia del clásico de Jane Austen- Orgullo Prejuicio y Zombis) demuestra su ineptitud al no lograr amarrar la risa con el terror; situación que antes parecían darse de manera automática en el cine de Burton con cintas muchísimo mejor logradas como Beetlejuice (1988) o Mars Attacks! (1996).

 

Sombras Tenebrosas (su título al español) marca la octava colaboración entre Tim Burton y su actor fetiche Johnny Depp, una unión que si bien en sus inicios dio grandes frutos (Ed-Wood, Edward Scissorhands), resulta ya en un matrimonio anacrónico y desavenido en el que la dupla no aporta ya nada nuevo al cine ni a sus respectivas carreras.

 

Aunque esta cinta es un buen entretenimiento, con algunos gags muy bien logrados (el cameo de Alice Cooper) resulta en perspectiva un trabajo menor en la filmografía de un director otrora tan importante e innovador como lo era Timothy William, alias Tim Burton.

 

Sombras Tenebrosas (Dir. Tim Burton, 2012)

3 de 5 estrellas.

Guión: Seth Grahame-Smith.

Con: Johnny Depp, Michelle Pfieffer, Chloe Moretz, entre otros.

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