Cómo está, ¿está lleno?”, preguntaba a través de un apuntador conectado a su oreja el coordinador de la campaña panista, Roberto Gil, a las afueras de la Plaza de Toros, en donde la gente llegaba para asistir a uno de los cierres de campaña de la candidata del PAN a la presidencia Josefina Vázquez Mota.

 

Gil preguntaba una y otra vez, como si intentara asustarse el fantasma del vacío del estadio y cerrar las cicatrices que le dejó no sólo a él sino a la campaña entera, el estadio Azul, el evento de apertura de la campaña panista en el que Josefina Vázquez Mota habló y habló ante un recinto que se vaciaba rápidamente sin que nadie, ni el responsable de la operación política, el mismo Gil, pudiera hacer nada.

 

El coordinador no paraba de hacer preguntas a través del aparato mientras daba vueltas de un lado a otro. “Ya está lleno, ¡Pásenle, pásenle!” le decía Gil a varios reporteros, como intentando convencerse de que así era. A su lado, otros miembros del equipo le aseguraban a la gente que ya no eran necesarios los brazaletes y que podían entrar al lugar así sin más requisito.

 

A las afueras, la movilización por tierra se dejó ver a pesar de que a diferencia de otros mítines, la totalidad de los camiones en los que los cerca de 40 mil asistentes provenientes del DF y de estados de la República como Morelos, Puebla, Estado de México, Guerrero, fueron movilizados para lograr ahora sí el lleno del estadio, no estaban a la vista ni en los alrededores del recinto.

 

Presentes, las prácticas criticadas pero bien aprendidas para atraer el voto: las bolsas con desayunos volaban entre las manos de los asistentes que se arremolinaban alrededor de algunos camiones estacionados en las afueras; mujeres indígenas abrían sentadas en las banquetas paquetes con piezas de pollos rostizados, papas fritas y botellas de jarritos.

 

Varios caminaban como si trajeran brújula en mano buscando en donde se regalaban playeras, banderines, trompetillas, aplaudidores; gente identificada con el chaleco del “Equipo Ganador” no se daba abasto transportando cajas con playeras que así como eran abiertas eran vaciadas y apiladas junto a los centenares de aguas con la etiqueta de “Josefina, presidenta” que ya estaban a un costado de una de las puertas de acceso y listas para ser regaladas.

 

Eran casi las doce y el animador que se desgañitaba pidiendo aplausos y ovaciones para Josefina repetía que ya estaba por llegar. Había que hacer tiempo porque la plaza aún no lucía llena y comenzó la candidata ciudadana a la jefatura de gobierno por el PAN, Isabel Miranda de Wallace. Habló no más de cinco minutos en los que no dejó de agradecer al PAN por su postulación y de sostener cuán era importante que la gente “sacara la casta” y fuera a votar por Josefina.

 

Las 12 y 10 y la Plaza de Toros dejaba ver espacios vacíos entre la gente y en la parte superior de las gradas que al final, nunca se ocuparon. A ocho días de las elecciones y después de que la campaña empezara y transcurriera entre pugnas internas del partido, fue proyectado un video que mostraba, como nunca, la unidad de Acción Nacional: el “Jefe” Diego Fernández de Ceballos –uno de los líderes morales más representativos- le refrendaba su apoyo; sus ex contrincantes en la contienda interna Ernesto Cordero y Santiago Creel mostraban una cruz en la mano y demostraban a la candidata su cariño y sus respetos; también la esposa del presidente Felipe Calderón, Margarita Zavala, aparecía sonriendo, y asegurando cuán “diferente” era Josefina ya que ella sí cuidaría al país y a las familias.

 

Al evento asistieron desde gobernadores de entidades como Baja California Sur, Sonora y Jalisco hasta secretarios de Estado como Gloria Guevara, Patricia Espinosa, Heriberto Félix, Juan Rafael ElvIra Quesada y Abelardo Escobar Prieto, pasando por miembros de su campaña y calderonistas Juan Ignacio Zavala, Ernesto Cordero, Santiago Creel y Mariana Gómez del Campo.

 

 

Entre el equipo de seguridad acostumbrado, la candidata llegó sonriente y ronca a pronunciar un discurso que en los últimos días ha permanecido casi intacto, salvo por un detalle: Josefina Vázquez Mota aseguró estar “por encima” del candidato de las izquierdas, Andrés Manuel López Obrador, aunque no dijo por cuánto. Mientras que en los últimos días su equipo de campaña había reconocido, que incluso en sus propios trackings diarios, ambos se disputaban el tercer lugar. Ahí, afirmó también que continúa a 6 puntos del candidato del PRI, Enrique Peña Nieto, puntero en todas las encuestas que evalúan preferencia de voto.

 

Ante una plaza de Toros en la que ni las trompetillas ni los aplaudidores terminaron por reventar los ánimos ni se dejaron escuchar del todo, Josefina afirmó estar “segura” de la victoria, de que la “elección no está resuelta”, de que van a “alcanzar y a rebasar” en los días que quedan y de que hay “una mayoría silenciosa”, que se va a expresar en las urnas el próximo 1 de julio.