Este año 2012, se cumplen 15 años de la primera elección democrática para elegir al jefe de Gobierno del Distrito Federal. Hasta entonces, y como sucede en otros países con estructura federativa, el regente de la capital del país –y sede de los poderes de la Unión– era designado directamente por el Presidente de la República. Pese a que hasta la actualidad, el DF no cuenta con una constitución, sí posee instituciones propias y los puestos de elección popular a nivel local se eligen de manera democrática, como sucede en el resto de los estados de la República.

 

No está de más hacer notar el prominente papel del Distrito Federal en la vida del país. Corazón de México desde tiempos ancestrales y heredero de un sistema centralista, el Distrito Federal no sólo es la capital política del país, es su centro financiero y económico, así como su capital cultural y nudo de comunicaciones. A todo esto cabe sumar su papel estratégico en la coyuntura nacional así como su importancia a nivel político y electoral.

 

 

Un DF amarillo

 

Existen varios puntos de interés para una reflexión sobre las elecciones en el Distrito Federal. En primer lugar cabe resaltar la hegemonía del PRD en la capital de la república. El PRD se ha mantenido ininterrumpidamente durante estos 15 años al frente de la Jefatura del Gobierno del Distrito Federal. Además, tiene en conjunto con sus alianzas la mayoría en la Asamblea Legislativa y gobierna en casi todas las delegaciones políticas. La importancia del DF como bastión perredista se refleja en que el puesto de jefe de Gobierno ha sido la catapulta de los dos últimos aspirantes a la Presidencia de la República por el PRD: Cuauhtémoc Cárdenas y Andrés Manuel López Obrador.

 

El rol hegemónico de la izquierda en el DF no sólo puede atribuirse a los éxitos electorales del partido del sol azteca, sino también al fracaso de los partidos opositores en consolidar bases partidistas fuertes y cuadros competitivos a nivel local. El PAN viene retrocediendo posiciones desde el año 2000, aunque ha conseguido afianzarse en dos delegaciones: Miguel Hidalgo y Benito Juárez, baluartes del panismo capitalino. El PRI en cambio se caracteriza por su debilidad; aunque presenta porcentajes constantes de votación para jefe de Gobierno –los cuales rondan entre 22% y 26%– no figura notoriamente en las preferencias para diputados y delegados a nivel local. Sólo en 2003 confirmó su apoyo en el sector rural, ganando la Delegación Milpa Alta.

 

Un patrón interesante que comporta el electorado capitalino, es el alto porcentaje de voto por partidos políticos minoritarios. Como muestra, quedan las votaciones para el Partido Verde para jefe de Gobierno: 7% en las elección de 1997, 9% en la de 2000 y 8% en la de 2006; o el 7% de los votos para diputados locales cosechados por el Partido Nueva Alianza en el año 2006. Además, los extintos partidos Democracia Social, de Gilberto Rincón Gallardo, y Alternativa Socialdemócrata, de Patricia Mercado, lograron importantes cuotas de votos en el DF. En el año 2000, en el Distrito Federal, Gilberto Rincón Gallardo conquistó una cuarta parte de sus votos para Presidente de la República.

 

 

 

Las batallas presidenciales

 

No debemos perder de vista el arrastre de la elección presidencial en la contienda para jefe de Gobierno del DF. En el año 2000, el PRD estuvo a punto de perder el poder en el Distrito Federal. El abanderado panista, Santiago Creel, conquisto 34% de los votos, sólo un punto menos que el perredista Andrés Manuel López Obrador. Sin lugar a dudas, estos resultados se explican en buena medida como causa del efecto Fox y la alternancia en el Poder Ejecutivo. Tratándose de elecciones concurrentes, los resultados electorales en el Distrito Federal se ven influenciados por la elección de Presidente y viceversa.

 

Hoy en día, y en plena efervescencia de las campañas presidenciales, vale la pena repasar el peso del voto chilango en la elección presidencial. Sin lugar a dudas sus más de siete millones de votantes convierten a la capital de la República en un valioso botín electoral. Andrés Manuel López Obrador obtuvo en el año 2006 el 19% de sus votos totales del Distrito Federal. Este 2012, y según lo muestran los sondeos preelectorales, prevalece un escenario similar y se espera que el DF siga pintando amarillo, también para Presidente.

 

* Maestro en Ciencias Sociales por el Colegio de Sonora y coordinador del área de análisis político en Contorno, Centro de Prospectiva y Debate. aespinosagr@gmail.com