Luego de que el grupo delictivo de los Beltrán Leyva perdiera a sus dos principales líderes Arturo Beltrán y Edgar Valdez Villarreal, las operaciones trasnacionales de tráfico de drogas en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) pasaron al control del Cártel del Pacífico, organización que logró restructurar una red de corrupción en la terminal aérea.
Policías federales, personal de aduanas, empleados de seguridad privada, trabajadores en tierra y aire de líneas aéreas y funcionarios del mismo aeropuerto, participarían en la red delictiva que en un lapso de dos años ha logrado fortalecer la organización que dirige Joaquín El Chapo Guzmán, a través del ala de Ismael El Mayo Zambada.
Esta información está documentada por la Procuraduría General de la República (PGR) a través de la averiguación previa PGR/SIEDO/UEIDCS/614/2010, iniciada desde diciembre del 2010, cuando tres sobrecargos de la línea Aeroméxico fueron detenidos en el Aeropuerto de Barajas, en Madrid, España.
Según las declaraciones de testigos colaboradores asentadas en la averiguación previa, tras unos meses de inestabilidad, el Cártel del Pacífico asumió el control total de las operaciones y de inmediato consolidó su red de corrupción entre servidores públicos y trabajadores de empresas vinculadas con el AICM.
Las diligencias llevadas a cabo por la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada (SIEDO) y que no tienen relación con el trabajo que la Policía Federal lleva a cabo por su cuenta, no han permitido aún proceder directamente en contra de los involucrados, pues se siguen reuniendo elementos que justifiquen las órdenes de aprehensión.
Este aeropuerto, por sus características naturales, es un punto de gran interés para las organizaciones delictivas dedicadas al narcotráfico, pues a partir del mismo se pueden ingresar al territorio nacional las grandes cantidades de droga, principalmente cocaína, que luego son redirigidas por otras vías a los Estados Unidos.
La terminal aérea también sirve de escala para la droga que se pretende trasladar a otros países, principalmente en Europa, así como el envío de dinero en efectivo a los socios y prestanombres de los narcotraficantes mexicanos que operan en otras regiones.
Durante prácticamente toda la década pasada el grupo de los Beltrán Leyva, primero aliados con El Chapo y luego de forma independiente, mantuvieron bajo su control el ingreso y trasiego de drogas en la terminal aérea, situación que siguió hasta que Edgar Valdez Villarreal, alias La Barbie, fue capturado el 30 de agosto del 2010.
En ese contexto, el 7 de diciembre del 2010, fueron detenidos en el aeropuerto de Madrid los sobrecargos de Aeroméxico, Luis Isbaal Áviles García, Eduardo Pérez Anaya y Gerardo Zárate Álvarez, quienes tenían en su poder 135 kilos de cocaína, droga que exitosamente lograron sacar del AICM.
La SIEDO inició la referida averiguación previa y días después se detuvo a Arturo Isaac Balcázar Martínez, Fernando David Hernández Mireles, Adrián Duarte Sánchez, Gerardo García Ramírez, Jaime Valencia Martínez y Arturo Serrano Santamaría, todos empleados de “Eulen, S.A. de C.V.”, la empresa de seguridad privada contratada por el aeropuerto.
En sus declaraciones, todos los involucrados revelaron que la droga pasaba por un filtro de seguridad de la Terminal 2, la misma donde ocurrió ayer la balacera, con la presunta complicidad de policías federales asignados en la zona.
Este filtro, conocido como “KP”, está ubicado en la citada terminal y es para uso exclusivo de funcionarios de alto nivel, diplomáticos, celebridades, tripulaciones y proveedores; es decir, está prohibido para turistas.
Sin embargo, a pesar de su condición “especial” sus maletas son sometidas a revisiones con rayos equis.
“Todos saben, sin decirlo, quiénes están metidos en esto; se nota porque luego el dinero no lo pueden ocultar, hay gente de líneas aéreas, de seguridad privada, de los policías, del mismo aeropuerto; pasa mucho mas de lo que se detecta y eso no es gratis”, señaló un testigo colaborador en el marco de la referida indagatoria.
Tan sólo en el caso de los policías federales, se advirtió que estos recibían del Cártel del Pacífico pagos de poco más de 12 mil pesos por cada paquete que dejaban pasar sin revisar, con droga o dinero. Se elaboraron retratos hablados de los sospechosos, pero no se concretaron detenciones.
Testigos clave
Luego de haber sido detenido en el 2008, Jesus Zambada Reyes, sobrino de El Mayo Zambada, se adhirió al programa de testigos protegidos de la PGR y dio detalles del control que tenía el entonces llamado Cártel de Sinaloa en el AICM, declaraciones asentadas en la averiguación previa PGR/SIEDO/UEIDCS/350/2008.
Explicó que el grupo delictivo había “comprado” a policías federales y empleados, para facilitar el ingreso de cargamentos de cocaína procedentes de Colombia, y su posterior traslado a Estados Unidos y Europa.
Luego de rendir estas declaraciones, el 20 de noviembre del 2009 el joven Zambada Reyes fue encontrado sin vida en la casa de seguridad de la PGR ubicada en la delegación Tlalpan. La versión oficial fue que se suicidó.
El 29 de diciembre del 2011 fue detenido en México Luis Rodríguez Olvera alias El Güero, operador del Cártel del Pacífico, encargado de coordinar el envío de cocaína a los Estados Unidos desde el AICM. Los estadunidenses fueron quienes lo identificaron y ofrecían cinco millones de dólares por su captura.
En el expediente de la acusación criminal 09 CR 383 abierta contra varios miembros del Cartel del Pacífico en una corte federal de Chicago, Illinois, el Departamento de Justicia de los Estados Unidos advirtió que el grupo delictivo utilizaba aviones Boeing 747 que aterrizaban en la Ciudad de México, con drogas sudamericanas que luego eran traficadas a Estados Unidos.