ASUNCIÓN. El presidente paraguayo, Federico Franco, recordó a Argentina y a Brasil la dependencia que tienen de las dos centrales hidroeléctricas que comparten con Paraguay, Yacyretá e Itaipú, respectivamente, al ser consultado sobre el rechazo que generó su llegada al poder en los dos países vecinos.

 

En un encuentro con la prensa extranjera, Franco dijo que su intención es tener “buenas relaciones” con la presidenta argentina, Cristina Fernández, y la brasileña, Dilma Rousseff, en los 14 meses que quedan para que termine la gestión que hasta el viernes encabezaba el ex obispo Fernando Lugo, con él de vicepresidente.

 

“Lo que menos quisiera es tener problemas con nadie y menos con dos países poderosos que tiene al Paraguay en el medio”, advirtió.

 

Franco agradeció el respaldo de Canadá y Taiwán a su Gobierno y dijo entender de alguna forma el rechazo de buena parte de la comunidad internacional con el argumento de “usted nunca le va a dar gusto a nadie”.

 

En el caso de Argentina, cuya presidenta fue la primera en rechazarlo y en retirar a su embajador de Asunción, indicó que va a tratar de tener con Fernández “un trato especial”

 

“No me va a sacar una sola palabra en contra de ella, voy a hacer todo el esfuerzo para que la señora Cristina entienda que Paraguay tiene con Argentina un compromiso claro con Yacyretá”, la central hidroeléctrica que comparten sobre el río Paraná.

 

“Gran parte de la iluminación de Buenos Aires se la estamos entregando nosotros desde Yacyretá”, recalcó.

 

Además, dijo que la mayoría de “los comercios que se hacen en el Paraguay vienen de Argentina”, que en el país “están radicados muchos empresarios de la nación vecina” y que “históricamente las relaciones bilaterales fueron muy armónicas”.

 

En los mismos términos se refirió a Brasil, a cuya presidenta, Dilma Rousseff, le pidió “que consulte con sus compatriotas” que viven en Paraguay, conocidos como “brasiguayos”, sobre su postura respecto a la crisis política.

 

Una delegación de ese sector, formado, según dijo Franco, por alrededor de medio millón de personas que habitan vastas extensiones agrícolas próximas a la frontera común, se reunió precisamente con Franco para darle su apoyo “por unanimidad”, dijo el jefe de Estado.

 

“Cuando sus tierras eran invadidas, la gente de la Embajada (brasileña) le respondía (a Rousseff) que no podía hacer nada porque este país (Paraguay) es autónomo”, dijo Franco, que pidió respetar ahora esa “misma autonomía” y la “libre determinación de los pueblos”.