BUENOS AIRES. Miles de sindicalistas se concentraron en el centro de Buenos Aires para participar en la movilización masiva que acompaña a la huelga convocada en Argentina por Hugo Moyano, líder de la Confederación General del Trabajo (CGT), contra el Gobierno de Cristina Fernández.
Las columnas de sindicalistas bloquearon el centro de Buenos Aires, aunque la jornada transcurrió sin incidentes y el paro, el primero de carácter nacional convocado en Argentina en los últimos doce años, no logró paralizar la actividad del país.
La convocatoria fue secundada básicamente por el sindicato de camioneros, mientras que el transporte público, los hospitales, los comercios y los bancos funcionan con normalidad.
La huelga, que ha dividido al movimiento sindical, fue convocada por el líder de la CGT, Hugo Moyano, en protesta por la política fiscal del Gobierno para los trabajadores.
En una carta publicada ayer en la prensa local, sectores de la CGT críticos con Moyano denuncian que el paro tiene “intencionalidad política” y responde a la “búsqueda de un mezquino beneficio personal”.
Moyano, antiguo aliado del Gobierno y hoy convertido en uno de sus más peligrosos enemigos, encabezó el acto central de la jornada convocado en la Plaza de Mayo, frente a la Casa Rosada, la sede del Ejecutivo argentino.
La masiva manifestación exigía una baja de impuestos a la presidenta Cristina Fernández, colocándola frente al mayor desafío político de su gestión desde las feroces protestas rurales de 2008.
El líder camionero Hugo Moyano reclama la baja del impuesto a las ganancias que, al no actualizarse por la inflación, grava los sueldos de una amplia franja de trabajadores.
“El motivo del reclamo es este impuesto maldito que está perjudicando a millones de argentinos”, señaló a la televisión local Pablo Moyano, hijo de Hugo y secretario adjunto del sindicato de camioneros.
El peronista Moyano, titular también de la Confederación General del Trabajo (CGT), la central sindical más importante del país, contó con el respaldo de numerosos gremios y organismos que reclaman un cambio en el gravamen que afecta principalmente a la clase media.
Sin embargo, en medio de fuertes disputas gremiales, varios sindicatos de la CGT no respaldaron la protesta de Moyano, que deberá revalidar su cargo en las elecciones que la central celebrará en julio.
En un discurso desde la Casa de Gobierno, la presidenta Fernández defendió el martes el impuesto, que dijo que es aplicado sólo sobre una porción minoritaria de trabajadores, los de mayores ingresos.
“La verdad que no lo entiendo. Salvo que haya algo más que cuestiones gremiales, salvo que haya más que cuestiones políticas”, señaló la mandataria, quien destacó los logros de su gestión en materia laboral.