WASHINGTON. El Tribunal Supremo de Estados Unidos declaró constitucional la reforma sanitaria del presidente Barack Obama, que pretende que a partir de 2014 la mayoría de los estadunidenses cuente con cobertura médica.

 

El jefe del Supremo, John Roberts, inclinó la balanza, 5 a 4, al unirse a los jueces más liberales del tribunal, lo que permitirá que siga adelante la obligación de contratar un seguro médico privado, el polémico “mandato individual”.

 

La publicación de la sentencia ha venido rodeada de una gran expectación, y una confusión inicial, toda vez que los jueces del Supremo consideraron inconstitucional el argumento del Gobierno de que el “mandato individual” puede fundamentarse en la Ley federal de Comercio.

 

Los jueces consideraron que esa ley no autoriza al Congreso a imponer a todo ciudadano la obligación de contratar un seguro.

 

Pero el Supremo indicó que el mandato puede mantenerse sobre la base de otra ley, la impositiva, considerando que las multas previstas contra quienes rehúsen contratar un seguro pueden ser consideradas en realidad un impuesto.

 

Así pues, el Congreso deberá ajustar aspectos técnicos de la ley para que la obligación sea caracterizada como un impuesto.

 

La compleja sentencia del Supremo supone una victoria para el Gobierno de Barack Obama.

 

La sentencia, aunque rechaza algunos detalles, mantiene vivos los puntos clave de la importante reforma sanitaria impulsada por Obama.

 

El “mandato individual”, que tenía que entrar en vigor en 2014, imponía una multa a todos aquellos que se negasen a contratar un seguro médico privado.

 

Asimismo, el Supremo ha declarado constitucional la expansión de la cobertura pública del Medicaid para los más desfavorecidos, aunque restringe los poderes del Gobierno federal para sancionar financieramente a los estados que no cumplan con la expansión de este programa social.

 

El Supremo considera que no se puede retener la totalidad de los fondos de este programa a aquellos estados que se nieguen a ampliar sus servicios médicos a las familias de bajos ingresos.

 

El objetivo de la reforma sanitaria de Obama es que el sistema sanitario se abarate, al incorporar a casi la totalidad de los 50 millones de ciudadanos sin cobertura médica, al tiempo que se pone orden en un sector clave para la economía del país, que representa el 18 por ciento del PIB.