La creación de un santuario en América que proteja a las ballenas que vienen de Sudamérica hacia países como México y priorizar su bienestar como eje de las decisiones en su protección será parte del trabajo que organizaciones ambientalistas impulsen en la reunión por iniciar en Panamá de la Comisión Ballenera Internacional (CBI).
Para Marcela Vargas, gerente para México Centroamérica y el Caribe de la Sociedad Mundial para la Protección Animal (WSPA por sus siglas en inglés), la cita que inicia a partir del lunes y en la que se pondrá a votación de la comunidad internacional la creación de este refugio “será decisiva para identificar cuáles países son congruentes
con sus posturas de protección y cuales no.”
La CBI, integrada por 88 países, además de decidir sobre la creación del Santuario Ballenero del Atlántico Sur, propuesta desde 2001, discutirá si se sigue o no permitiendo la caza regulada de estos cetáceos o si se apuesta por conservar su especie.
Además, el organismo internacional creado en 1946 para regular la caza y comercio de estos animales, redefinirá la forma en que se toman las decisiones que las afectan en el mundo. Para WSPA será vital impulsar que se incluya el bienestar de las ballenas como un eje transversal de las discusiones.
Así como, que se de su justa dimensión al riesgo que representan los desechos que los seres humanos lanzan al mar y son ya una de las mayores amenazas que enfrentan ballenas, delfines y otras especies marinas en el planeta.
México es unos de los países donde el avistamiento de ballenas es una actividad redituable y que permite cuidar de estos animales. Por ello, WSPA destaca la importancia de impulsar las discusiones en esta materia.
“El mundo entero debe decidirse a aprovechar las ballenas sin maltratarlas, de una manera sostenible, y no seguir permitiendo su cacería que, además de ser sumamente cruel, agotará la especie en un corto plazo”, destacó Vargas.
Así las organizaciones ambientalistas con presencia en AL anunciaron que exigirán la creación de este nuevo espacio para proteger a las ballenas en las aguas del Atlántico y el Pacífico, que rodean el continente, e incluso evalúan elevar la petición a los gobiernos de la región ante el temor que esta no salga adelante.
“Si la conservación de las ballenas no avanza, la región tiene legitimidad y fuerza política para proponer su propio marco internacional de conservación o (elaborar) un tratado regional”, afirmó José Truda, del Centro de Conservación Cetácea, ONG de Brasil y Argentina.
En tanto, Vargas de WSPA destacó a México, Panamá, Costa Rica y Chile, países donde ya se ha declarado a sus aguas jurisdiccionales como santuario. “Poco a poco en Latinoamérica cada país debe declarar sus aguas como santuario”, concluyó.
LOS SANTUARIOS EN EL MUNDO
La CBI creó en 1979 el Santuario Ballenero del Océano Índico y en 1994 el del Océano Austral.
El primero, promovido por el gobierno de las islas Seychelles y el segundo a propuesta de Francia. Unidos abarcan un área de protección de millones de kilómetros cuadrados.
Sin embargo, casi veinte años después no se ha creado otro sitio de resguardo para ballenas.
En la cita que tendrá la CBI, del lunes 2 al viernes 6 de julio, la puja por la existencia de un tercer santuario verá su mayor disputa.
El área propuesta comprende la extensión este-oeste del Atlántico, y desde el extremo norte de Brasil hasta el sur de Argentina, y desde Guinea Ecuatorial en África hasta el punto más austral de Sudáfrica.
La relevancia de su cuidado en esta región, reside que tan sólo en América Latina se pueden avistar 64 especies de ballenas, delfines y marsopas, de las 86 conocidas en el mundo.
La propuesta promovida por Argentina tiene once años congelada, en espera de su aprobación, debido al rechazo a su protección liderado por Japón.
Tokio sigue capturando bajo la polémica autorización de fines científicos, concedida por la CBI en 1986 cuando entró en vigor una suspensión a la caza comercial aprobada en 1982.
Comments are closed.