El día de ayer el virtual presidente electo Enrique Peña Nieto menciono que “la lucha contra el crimen va a seguir, sí, con una nueva estrategia para reducir la violencia y proteger, ante todo, las vidas de los mexicanos”.

 

¿Cuáles son los puntos que debe incluir esta nueva estrategia? Creo que son cuatro las acciones que debe añadir la nueva administración para desarticular y reducir la capacidad de operación del crimen organizado.

 

Lavado de dinero. México tiene que ser más activo para prevenir la consolidación de los ingresos derivados de la venta de narcóticos. Estamos en una economía en donde a pesar de que hay muchas transacciones monetarias, que se realizan en efectivo, ya existe un marco para detectar operaciones inusuales y sospechosas cuyos montos y/o frecuencias muestran un patrón irregular. Sin embargo, las autoridades no realizan las investigaciones y cuando lo hacen, estas no son exitosas. Además, no se han incluido a los registros públicos de la propiedad dentro de esta estrategia, lo cual es un asunto de firmar convenios de colaboración con los estados.

 

Llama mucho la atención que en México encontremos fosas con cuerpos y detención de capos, pero las cantidades de dinero son mínimas en comparación al tamaño de las ventas estimadas en el mercado nacional y de exportación. De esto sólo podemos concluir que el dinero todavía sigue entrando con facilidad al sistema financiero.

 

Protección de puertos y aeropuertos. México sólo produce mariguana y heroína; sin embargo controla el mercado de cocaína, anfetaminas, y es uno de los mercados negros más grandes para la venta de armas de alto calibre. Esto se debe a la permeabilidad y corrupción que existe en nuestras fronteras y puertos. Si no atendemos con políticas públicas las responsabilidades de las distintas dependencias que tienen como objetivo proteger nuestras fronteras y realizamos las inversiones necesarias para establecer los controles pertinentes, México seguirá siendo proveedor de una plataforma logística de excelente calidad para el crimen organizado.

 

Aumentar la cooperación internacional. El presidente Calderón perdió una gran oportunidad con el Plan Mérida, ya que los recursos gestionados no fueron suficientes y peor aún, la capacidad para aprovechar y desarrollas nuevos programas no fueron utilizados. Por ello debe existir una mejor interlocución para obtener una mayor coordinación a nivel internacional entre los países que se ven afectados por el crimen organizado. Esto implicará una política de extradiciones, para que los criminales puedan cumplir sus penas en los países donde el fiscal tenga la mayor probabilidad de ganar un juicio.

 

Prevención del delito. Reformar las policías y capacitar a los ministerios públicos es un proceso que lleva tiempo. Los mercados ilegales funcionan porque hay una demanda y en México el mercado de narcóticos ya es cercano a mil millones de dólares en ventas, de acuerdo a nuestras estimaciones. La mejor manera de disuadir el consumo es mediante la información veraz y oportuna a los probables consumidores. Para ello se debe aumentar el presupuesto destinado para atender este rubro, aumentar la frecuencia del levantamiento de la encuesta sobre adicciones (debería ser una vez al año de manera rigurosa), así como facilitar la labor de las ONG que trabajan en estos temas, ya que la ayuda de la sociedad es fundamental para desarticular al crimen organizado.

 

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