Después de que el PAN sufriera su peor derrota electoral de la historia al perder la Presidencia además de estados que gobernaba desde hace 18 y 12 años, y sus enclaves en el Distrito Federal, los cuentas comenzaron a cobrarse. El primero fue el ex presidente Vicente Fox, cuya expulsión se solicitó formalmente el martes, por haber llamado a votar por el PRI.
En 2009, tras el fracaso en las elecciones federales que significó la caída del PAN al segundo lugar en número de diputados en el Congreso, Germán Martínez presentó su renuncia a la dirigencia del partido, petición del presidente Felipe Calderón, pero en esta ocasión Gustavo Madero está seguro en el liderazgo, de acuerdo con varias fuentes panistas.
La responsabilidad de la derrota fue asumida por el líder albiazul al calificarla un día después de las elecciones como una “derrota mayúscula”, sin embargo, ha afirmado en varias ocasiones que a pesar de los resultados adversos continuará presidiendo Acción Nacional.
En lo que toca a la percepción de varios panistas, la pérdida de la Presidencia no es vista como una derrota con responsabilidad exclusiva de Acción Nacional, sino que también toca a la candidata Josefina Vázquez Mota y a su equipo de trabajo.
La reflexión se dará cuando se reúna el CEN el próximo lunes y en la sesión extraordinaria del Consejo Nacional el 11 de agosto -día fijado por el mismo Madero- en donde se abordará lo sucedido en las elecciones del 1 de julio.
Sin embargo, algunos panistas aseguran que ni siquiera en estas reuniones el tema a tratar será la salida del presidente: “La renuncia de Germán Martínez es una excepción, no una regla”, señaló uno de los dirigentes partidistas, que también participó en la campaña.
“Todo el mundo piensa que Madero se tiene que ir por los asuntos electorales, pero adentro nadie piensa que se va a ir Madero, porque no ven que la derrota haya sido completamente su culpa”, afirman fuentes cercanas al instituto.
La misma Josefina Vázquez Mota se desmarcó en varias ocasiones de uno de los miembros más cercanos del partido y colaborador de la campaña, Juan Molinar Horcasitas, e hizo lo mismo con el gobernador con licencia de Guanajuato, Juan Manuel Oliva en la Universidad Iberoamericana al asegurar que él trabajaba para el partido y no para la campaña.
Oliva, uno de los líderes de ala conservadora del partido, asegura que el partido debe “cuidar todos los liderazgos” y que en estos momentos, lo importante es que los panistas muestren unidad: “El tema de la elección es un elemento multifactorial, hay errores de campaña, errores de gobierno y errores de partido, y en ese sentido respetar y consolidar los liderazgos en todas las instancias”. Habrá que dejar la “catarsis a un lado” y dar pie a “una reflexión madura”, dice.
Varios albiazules como el presidente de la Cámara de Diputados, Óscar Paniagua Arce, han dicho que el presidente del partido no debe salir: “Gustavo Madero debe quedarse en el partido, si hay alguien que vivió este proceso, nos puede acompañar a una reflexión para entender en dónde fallamos y nos desconectamos con la ciudadanía, es el presidente Madero. Cambiar un dirigente no va a solucionar el problema del PAN, reflexionar a fondo, tener humildad y entender que el pueblo voto y no por el PAN”.
Su salida implicaría que en el contexto del “recuento de los daños” el partido sufriera una fractura mayor, ya que vienen asuntos importantes como el nombramiento de los coordinadores de ambas bancadas que es una facultad del presidente, aseguran fuentes consultadas.