En las seis entidades que definieron la elección federal del pasado domingo, Distrito Federal, Estado de México, Puebla, Veracruz, Nuevo León y Jalisco, no reportaron hechos violentos atribuibles al crimen organizado.
En estos estados, al igual que en el resto de la República, las fuerzas armadas se mantuvieron acuarteladas y únicamente realizaron operativos discretos, a fin de no caer en actos de provocación o de violar la normatividad electoral.
Durante la jornada electoral, el gobierno de Veracruz reportó dos asesinatos, pero el móvil fue por la polarización electoral que rebasó a las autoridades de los municipios de Pánuco y Ozuluama.
En tanto, en el Distrito Federal, Estado de México, Nuevo León, Puebla y Jalisco los comicios se desarrollaron en calma y sin actos delictivos graves.
En estas entidades se concentran 35.4 millones de votantes, mismos que representan 44.6% de la votación nacional. Es decir, uno de cada dos votos se emitió ahí.
A petición de las autoridades de Michoacán e Hidalgo, las fuerzas armadas intervinieron en diferentes hechos de violencia. En la primera entidad, en Lázaro Cárdenas y Zitácuaro soldados y marinos intervinieron ante la presunta presencia de integrantes de Los Caballeros Templarios, quienes estaban entregando propaganda electoral. En la segunda entidad se reportó la presencia de individuos armados en el municipio El Arenal, por lo que el Ejército realizó operativos para ubicar y detener a los delincuentes.
En Chiapas, los militares intervinieron en Rincón Chamula debido a un enfrentamiento entre simpatizantes del PRI y Verde Ecologista, el cual dejó tres personas fallecidas.
Incluso, el IFE declaró que los comicios federales se desarrollaron sin la presencia de narcotraficantes. Y desde enero pasado, firmó un convenio con la Secretaría de Gobernación para “blindar” las elecciones contra el crimen.
Esta estrategia incluyó la entrega de un mapa de las zonas de riesgo para las elecciones y la posibilidad de que candidatos a cualquier cargo de elección popular a nivel federal (no sólo los presidenciables) pudieran solicitar seguridad a partir del inicio de la campaña.
El despliegue
El pasado 1 de julio, las fuerzas armadas apoyaron en el operativo de seguridad con patrullajes discretos y sin acercarse demasiado a los lugares donde se instalaron casillas para votar.
La orden del Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas, el presidente Felipe Calderón, fue de mantenerse acuartelados y únicamente realizar patrullajes preventivos o de auxilio a policías estatales y municipales.
Previo a los comicios federales, la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) anunció que realizaría patrullajes en distintas comunidades del territorio nacional, con la misión de garantizar la seguridad de los electores.
Los recorridos formaban parte de las acciones para que los ciudadanos puedan ejercer su voto de manera libre y en tranquilidad.
Estos patrullajes se sumaron al despliegue ya existente de elementos castrenses en los consejos distritales y bodegas estatales, en donde se proporciona seguridad física a la documentación electoral.