Mucha de la discusión generada en torno a las elecciones de la semana pasada surge de una inquietud ciudadana por mantener un proceso electoral limpio, conforme a derecho y transparente. A través de las redes sociales y apoyada en una corriente de opinión creciente, la ciudadanía se hizo notar y exigió a la institución electoral federal un ejercicio de votación limpia. El resultado de dicha petición, formulada desde muy diversas instancias de la sociedad mexicana, fue la inscripción de 600 observadores electorales internacionales y casi 900 nacionales, con lo cual se presentó un hecho sin precedentes.
La labor de un observador ciudadano registrado ante el IFE, tiene la intención de vigilar y monitorear el proceso de tal forma que pueda garantizar la transparencia y normalidad en la que éste debe transcurrir y evitar así cualquier cuestionamiento de fraude, vaticinado por un amplio sector de la población. Sin embargo, la labor del observador es una tarea mucho más rica y compleja, la cual puede representar un ejercicio de participación ciudadano mucho más diverso y enriquecedor.
Al observador electoral se le permite estar presente en cualquier casilla, en todos los procesos dictados por el IFE, con el propósito de tener una garantía de que durante el día de la jornada no habrá irregularidad alguna en las casillas en las que esté presente. Una vez terminado su proceso de observación, el ciudadano hace llegar un reporte el cual se entrega directamente al IFE.
En esta jornada electoral logré participar directamente en un proceso de observación que me permitió realizar dichas labores el pasado 1 de julio en un total de cinco casillas ubicadas al poniente de la capital, en las delegaciones Cuajimalpa y Miguel Hidalgo. En aquellas casillas en las que estuve presente, el resultado de la jornada fue un saldo blanco en el cual se observó una muy alta participación ciudadana, la cual según lo reportado por el Instituto Federal Electoral llegó a una cifra de 63.16% con lo cual se superó el proceso electoral previo. Se veían casillas llenas, ciudadanos respetuosos y ningún tipo de actos proselitistas en el transcurso de la jornada. A pesar de una muy fuerte lluvia, un gran número de personas llegó a ejercer su voto. Resaltó la presencia de observadores de la OEA (Organización de Estados Americanos) y de la ONU (Organización de Naciones Unidas), los cuales se mostraban muy atentos a lo sucedido en una fecha tan importante para México.
Dentro de la veda y en el día electoral, vecinos de dos casillas visitadas en Cuajimalpa de Morelos hicieron del conocimiento a los representantes del IFE que habían recibido llamadas a sus domicilios, entre 4am y 7am, con una grabación invitando a votar por el candidato a delegado por el PRD-PT-Movimiento Ciudadano. Se indagó al respecto y todo resultó en una serie de denuncias por parte de dichos ciudadanos ante la Fepade.
La jornada siguió sin problema alguno, y la última casilla visitada cerró puntualmente a las 6pm, en dónde se inició el conteo y escrutinio de manera tranquila y normal. En esa casilla se terminaron las labores alrededor de las 10:15 de la noche y todos los funcionarios regresaron a sus casas.
Al estar revisando el proceso en dichas casillas logré percibir un ánimo muy fuerte por querer ejercer el voto. Ciudadanos y familias completas iban con cierta dicha a cumplir con su obligación ciudadana. Padres explicándoles a sus hijos el cómo se lleva a cabo el proceso electoral, así como la importancia del voto y de la democracia.
Nuestro país avanza en una vía franca hacia su consolidación democrática, aunque cabe reconocer que el camino para dicha meta es largo y aún sinuoso. No debemos detener los esfuerzos que construyen espacio para esta posibilidad. El ejercicio electoral recientemente concluido es una prueba de este rumbo que no debe descuidar en ningún momento, que aún seguimos heredando prácticas del pasado que sería útil erradicar de una vez por todas.
El IFE hizo finalmente una buena labor y logró transmitir la confianza necesaria para que el proceso transcurriera en paz, un logro significativo dada la actual coyuntura de un país lacerado por la violencia. El voto de confianza a nuestras instituciones será cada vez más necesario en el camino a la consolidación de nuestro régimen democrático. Que el actual proceso transcurrido sea entonces ejemplo de lo que hemos logrado y alerta de todo aquello que aún nos queda por hacer.
* Psicólogo. Asistente de investigación en Contorno, Centro de Prospectiva y Debate. david.figueroa@contorno.org.mx