En el aeropuerto de la Ciudad de México, funcionarios de ocho instituciones del gobierno federal participan en la comisión de diferentes delitos aprovechando las áreas sin control y las facilidades que tienen por sus cargos, para beneficiar a grupos a distintos grupos criminales.
Un diagnóstico sobre la terminal aérea entregado al gabinete de seguridad de Felipe Calderón muestra como en las 780.8 hectáreas que comprende las instalaciones aeroportuarias son un espacio libre para el tráfico de indocumentados, de divisas, de drogas, precursores químicos y armas; así como para el robo de valijas y carga, lo mismo que asaltos, secuestros, contrabando y tráfico de especies.
El documentos en poder de 24 HORAS y verificado con testimonios de funcionarios y ex funcionarios vinculados al aeropuerto capitalino, detalla cómo a través de omisiones voluntarias o acciones ilícitas concretas operan elementos de la Policía Federal, Aduanas, Migración, Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), de la Dirección general de Aeronáutica Civil, del propio Aeropuerto y de las procuradurías General de la República (PGR) y la de Protección al Ambiente (Profepa).
Un primer documento fue elaborado hace 10 años, en 2003, y quedó integrado con información del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (CISEN), de la PGR y la Secretaría de la Función Pública. El resultado fue la integración de un expediente que contenía datos sobre averiguaciones previas en las que se vincula a organizaciones criminales vinculadas al tráfico de drogas, de personas y animales, principalmente; también se incluyó información de inteligencia recabada a través de agentes encubiertos que presenciaron, durante más de seis meses, las operaciones ilícitas que se realizaban en el aeropuerto.
Ese documento fue presentado, por primera vez, al gabinete del entonces presidente de Vicente Fox, con la intención de implementar una estrategia integral de seguridad en el aeropuerto capitalino. Sin embargo, sólo se atendieron las exigencias internacionales contra el terrorismo, en cuanto a la colocación de cámaras y equipo para la verificación de maletas y personas. Pero durante todo su sexenio no se implementaron medidas específicas para impedir la comisión de otros delitos.
El expediente, acompañado de nuevos informes que documentaban las irregularidades en la terminal aérea, formó parte de la agenda del gabinete de seguridad de Felipe Calderón y que nuevamente se revisó y actualizó en 2010, cuando la Administración Federal de Aviación de Estados Unidos bajó la calificación del aeropuerto al no cumplir con los estándares internacionales de seguridad que exige la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI).
Incluso al año siguiente, se entregó un informe actualizado que ampliaba y confirmaba el que desde hace 10 años conocieron representantes de la PGR, CISEN, de las Fuerzas Armadas, la entonces Policía Federal Preventiva, y las secretarías de Hacienda, Comunicaciones y Transportes y Gobernación.
Seguridad nacional
Cada minuto se registra una operación en el aeropuerto de la Ciudad de México y cada día transitan por él más de 70 mil pasajeros y más de 400 toneladas de carga, en su mayoría procedente del exterior, lo que lo convierte en un punto estratégico y de seguridad interior.
LA OACI y la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) han clasificado al Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México con un nivel de amenaza semejante al de Washington, Londres y Madrid, respecto a ataques o tránsito de terroristas.
A pesar de su importancia nacional e internacional y de contar con informes precisos, desde hace 10 años, sobre los delitos y puntos vulnerables que existen en la terminal aérea, el gobierno no ha atendido ninguno de estos puntos.
De acuerdo con los reportes de inteligencia que integran el expediente del gobierno federal, persiste en el aeropuerto problemas específicos de seguridad, el principal: “una escasa y mal planeada vigilancia de las autoridades” que propicia que algunas áreas queden “fuera de control”.
Existen puntos vulnerables que son utilizados por los agentes para esconder y traficar con personas, drogas, animales y dinero. Tal es el caso de las áreas de bardas y enrejados que se ubican del lado de las pistas y circundan al aeropuerto y que carecen de total vigilancia.
Otro de los puntos específicos identificados se encuentra en la planta baja del edificio principal de la Terminal 1 del aeropuerto, el área conocida como “túnel”, por donde se ubican las bandas de equipaje, “carecen de vigilancia y por este punto pueden introducirse a las pistas o sacar al exterior objetos o personas”.
La Terminal 2, según el documento, tiene espacios sin vigilancia que llevan a zona de hangares de empresas privadas que tiene salidas rápidas a la calle, también representan un punto vulnerable.
Incluso se señala que la escasa vigilancia sobre compañías dedicadas al transporte de carga y material postal, que tienen acceso a pistas y también a la calle, representan la forma ideal de trasiego de productos ilegales.
En total, señala el documento, el aeropuerto con sus dos terminales, pistas y hangares, cuenta con 35 puertas de acceso, de las cuales se vigilan de forma integral y permanente menos de la mitad. Por algunos de esos puntos transitan los más de 30 mil empleados que tiene la terminal capitalina.
Confluencia de delitos
En el aeropuerto de la Ciudad de México confluyen 11 instituciones de gobiernos con algún tipo de responsabilidad en materia de seguridad, además de dos empresas de seguridad privada.
Sin embargo, el esquema de seguridad que prevalece no es integral ni coordinado, se advierte, lo que provoca diferencias entre dependencias y espacios sin protección que los grupos criminales aprovechan.
La coordinación operativa de seguridad de la terminal aérea está a cargo del grupo aeroportuario a través de una dirección específica y participan la Policía Federal, la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC), la PGR, la Secretaría de la Función Pública, el Servicio a la Navegación en el Espacio Aéreo Mexicano (Seneam), el Sistema de Administración Tributaria (SAT), Interpol y el CISEN.
Otras dependencias que participan en la seguridad de pasajeros o de operaciones aeroportuarias y que cuentan con personal en el aeropuerto son la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales, la Profepa, el Instituto Nacional de Migración.
Cada una de los agentes cumplen una función de vigilancia o atención tanto en las terminales 1 y 2, ya sea en alguna de las 37 bandas de reclamo de equipaje, en las salas de espera y llegada, en alguna de las 56 puertas de embarque directo o más de 20 móviles, o sobre las líneas aéreas nacionales e internacionales.
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