Madrid.- El presidente de México, Felipe Calderón, asumió la derrota de su partido en las elecciones del 1 de julio: “Perdimos todos: los que estamos en el gobierno, la dirección panista -porque quizá el proceso de selección fue errático, tortuoso, costoso políticamente- (…), la estrategia de campaña (de Josefina Vázquez Mota) no fue de continuidad, sino de cambio o diferencia”.

 

En una entrevista publicada ayer por el diario español El País, Calderón habló de una “reconstrucción del PAN, del discurso, de la estructura, de la militancia, de la dirigencia, de los procesos para elegir candidatos”.

 

“Hay mucho que hacer y que revisar, pero si el PAN recorre ese camino de reconstrucción volverá a gobernar México mucho antes de lo que muchos piensan”, afirmó.

 

Paralelamente, aseguró que las reformas que ahora plantea Enrique Peña Nieto “precisamente no se lograron (en el actual sexenio) por la obstaculización del PRI durante estos años, y espero que esa actitud que ha sido nociva para la República pueda rectificarse”.

 

Calderón dijo que está “satisfecho de su legado” y se muestra dispuesto a colaborar con el nuevo mandatario para sacar adelante reformas como la energética, la laboral y la fiscal, “que todavía están a tiempo de ser aprobadas”.

 

Calderón se asumió convencido de que su estrategia contra el narcotráfico y la agenda de reformas elaboradas durante su mandato continuarán con el nuevo gobierno.

 

Afirmó que, “en términos de fortalecimiento de las instituciones”, el país está mejor que hace seis años. “En términos de violencia evidentemente no”, reconoce, porque “en toda América Latina ha habido un incremento exponencial de la violencia y de las muertes generadas por los grupos criminales que se disputan ya no sólo rutas, sino territorios, por el mercado de las drogas”.

 

Sin embargo, añadió, “puedo asegurar que encontré instituciones verdaderamente podridas en el ámbito federal, estatal y municipal, y al menos hoy, con sus deficiencias, están mejor que como las recibimos”.

 

Respecto a las posibles violaciones de derechos humanos vinculadas a la lucha contra el crimen organizado durante su mandato, Calderón señala que en todo momento se ha actuado “con escrupuloso respeto a la ley”, y por eso no teme ser llevado ante el Tribunal de La Haya.

 

“Creo que la irresponsabilidad de un gobernante hubiera sido no haber actuado. Seguramente debe haber habido violaciones de los derechos humanos por parte de las Fuerzas Armadas y de la Policía. Pero estas han sido excepcionales, no sistemáticas”, subraya.

 

Tras 12 años ocupando la Presidencia de México, el Partido Acción Nacional (PAN) cederá el poder al PRI y a Peña Nieto, tras unas elecciones cuyos resultados no reconoce el izquierdista Andrés Manuel López Obrador.

 

“El problema de la democracia mexicana no está en la contabilidad electoral”, afirmó Calderón, “está en la libertad con la que un elector llega a la casilla para votar por uno u otro candidato.

 

“Nuestra democracia tiene muchas cosas que corregir, pero cualquier inconformidad debe hacerse a través de los cauces institucionales”, añade.