La Arquidiócesis de México señaló que el país no puede regresar al “autoritarismo y opacidad” de otras épocas, por lo que aquel que tome oficialmente la responsabilidad de un nuevo gobierno, deberá evitar un “inoportuno triunfo” o de lo contrario, sólo provocará una mayor división en la ya inconforme sociedad.

 

En el editorial del semanario Desde la Fe, destacó que aunque se tiene un claro ganador de las urnas (Enrique Peña Nieto), no se puede dejar de ver las irregularidades cometidas durante la jornada electoral, debido a que evidencian que la democracia mexicana no tiene todavía la calidad ni solidez que se requiere para confiar en ella y en sus instituciones.

 

“Han pasado ya dos semanas desde el día de las elecciones; tenemos un claro ganador en las urnas, pero hay también una serie de inconformidades de distintas magnitudes que vale la pena considerar”, subrayó.
El órgano religioso encabezado por el cardenal Norberto Rivera anotó que el proceso electoral todavía no concluye, por ello es que a nadie debe extrañar que alguno de las fuerzas políticas o candidatos exprese sus inconformidades, siempre y cuando sean en “estricto apego” a las leyes.

 

En este sentido agregó, que tanto los partidos como sus candidatos “deben saber aceptar la decisión de los ciudadanos expresada en las urnas” y, en caso de haber irregularidades, se tendrá que “aceptar también” la respuesta que las instituciones electorales definan.

 

Señaló que una vez que se concluye el recuento de los votos y se indica el resultado de los mismos, la ley tiene previsto un tiempo de “aclaraciones o impugnaciones” por parte de los contendientes, las cuales deberán ser “resueltas y juzgadas” por el Tribunal Federal Electoral (Trife).

 

Ante las inconformidades de la sociedad, el Arzobispado de México hizo un llamado a quien “recibida la constancia de presidente electo”, a buscar con entereza una actitud de humildad y de apertura, así como de respeto hacia todas las fuerzas políticas y sociales del país; sobre todo, cuando los tiempos en que se vive son de pluralismo, de participación ciudadana, de rendición de cuentas y de transparencia en la administración pública.

 

“No se puede regresar al autoritarismo y opacidad de otras épocas; no es éste el mandato ciudadano manifestado en la pluralidad y diversificación del voto”, remarcó.

 

La Iglesia católica indicó que la mayor preocupación del nuevo gobierno tendrá que ser entonces “consolidar lo avanzado” en materia de estabilidad económica y seguridad social, además de mejorar el combate al crimen organizado, encontrando  nuevos esquemas de desarrollo, para así tener una “justa distribución de la riqueza”, elevar urgentemente la calidad educativa (cada vez más rezagada), así como erradicar la corrupción en todos los niveles.

 

“Y es que, cuando un gobierno pone delante el interés y compromiso con todos los ciudadanos, superando el clientelismo y partidismo político, se gana el respeto de todos”, asentó.