Bogotá. Unos cien soldados colombianos fueron expulsados hoy a empujones de una base militar en Toribío (Cauca) por indígenas de la etnia nasa que buscan recuperar el control de sus territorios, en los que no cesan los enfrentamientos entre el Ejército y la Policía con las FARC.

 

La acción la llevó a cabo un numeroso grupo de aborígenes tras expirar la pasada medianoche un ultimátum dado tanto a la fuerza pública como a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) para que salieran de sus tierras ancestrales en el departamento del Cauca.

 

El desalojo de la fuerza pública “pone más tensa la situación”, advirtió el secretario de Gobierno de Toribío, José Miguel Correa.

 

Correa observó que Berlín, el cerro donde estaban apostados los militares y que acoge antenas de telecomunicaciones civiles, fue tomado por centenares de nasas o paeces, liderados por la Guardia Indígena.

 

Los aborígenes dieron así apoyo al centenar de guardianes nativos que el pasado 12 de julio se encaramaron en el cerro y desde entonces convivían con las tropas de la Fuerza de Tarea Apolo.

 

“Se han presentado fricciones”, informó el secretario de Gobierno de Toribío, donde el presidente Juan Manuel Santos celebró hace una semana un consejo de ministros para analizar la grave situación en la zona.

 

Los soldados, se vieron obligados hoy a retirarse hasta la parte baja del cerro a la espera de instrucciones de sus superiores.

 

“Es una situación difícil”, admitió el oficial, sobre cuyos hombros descansa la tarea de acabar con los reductos de las FARC que actúan en esa región del suroeste de Colombia.

 

También confirmó que sus tropas en Berlín han sido agredidas por los indígenas y han afrontado hostigamientos guerrilleros.

 

Las autoridades reconocieron así las dificultades surgidas por la decisión de los nativos de completar la expulsión de los actores armados y asumir el control, en ejercicio de la autonomía que les concede la Constitución.

 

El desalojo de Berlín siguió a la destrucción de barricadas y trincheras policiales en Toribío y al desalojo de los guerrilleros que mantenían dos controles carreteros en esa área rural en la última semana.

 

“El resultado (del desalojo de los guerrilleros) es muy ambiguo, porque dicen que se van, pero se quedan rondando en los alrededores”, explicó a Efe el representante legal de la Asociación de Cabildos Indígenas del Norte del Cauca (Acín), Carlos Andrés Alfonso.

 

En medio del caos, algunos en el Cauca aseguran que los nasas están infiltrados por las FARC, lo que no ha sido descartado de plano por el alcalde de Toribío, el nasa Ezequiel Vitonás.

 

“Puede haber infiltraciones por parte de la guerrilla y también por parte del Ejército”, expresó el alcalde en declaraciones al Diario Occidente.