Acepta salir a la calle a tomarse la foto, luego de que el restaurante donde acordamos nos dice que no hay permiso de usar cámaras dentro. Hay políticos y empresarios degustando sus alimentos, nos piden respetar las reglas del lugar. Él se muestra en todo momento accesible a las peticiones del fotógrafo y el reportero, que apenados lo llevan a Reforma.
Alejandro Paolini, director general de Philips, se muestra tranquilo en todo momento. No saca a relucir en ningún momento molestia por lo que nos acaba de suceder. Al contrario, trata de encontrarle un lado amable al imprevisto: “No me han tomado ninguna foto en la calle”.
Solicitamos platicar con él porque hace dos meses, en mayo de 2012, iluminaron con su tecnología el Empire State Building. Y también dio la vuelta al mundo su participación en la iluminación de los estadios de Kiev y Poznan, en Ucrania y Polonia, respectivamente, estrellas de la pasada Eurocopa.
En México, recuerda, han iluminado muchos lugares.
El estadio Caliente de Tijuana, el Universitario de la UNAM, el Huracán de Pachuca, el Corona de Torreón, el Nemesio Díez de Toluca, el Victoria de Aguascalientes, el Morelos de Morelia y el Jalisco de Guadalajara.
-Yo estoy sorprendido, en los últimos meses todos los comentarios hacia México, de inversionistas y analistas, son positivos…-, dice el reportero, una vez en la mesa del restaurante.
-Entonces voy a sorprenderte de nuevo- dice después de soltar una sonora carcajada Alejandro Paolini. -Voy a seguir sorprendiéndote. Porque sí, nosotros también tenemos mucha confianza en México, sin duda; obviamente tenemos problemas, no los voy a descubrir yo ni mucho menos, creo que todos los conocemos, hay muchas cosas que mejorar y muchas cosas en qué trabajar, pero en líneas generales estamos muy confiados.
Recuerda que en los mercados en donde ellos actúan, como salud y consumo, iluminación, electrónicos, han seguido en un buen nivel, no les dan motivo para ser pesimistas.
“En líneas generales, más allá de problemas que todos conocemos, como la inseguridad, particularmente, hay digamos buenos fundamentos de la economía macro, y estamos confiados. Con cautela, obviamente. No pretendemos o no proyectamos tasas de crecimiento como las que tal vez se proyectan en otros mercados emergentes, como es el caso de China, Rusia, India, pero sí presentamos o proyectamos tasas de crecimiento atractivas, más altas que en los países desarrollados, como es el caso de Europa, o el de Estados Unidos. A modos generales estamos confiantes”.
Considera que esto no se modificará con el cambio de presidente.
“En líneas generales no vemos con mayor preocupación el tema de la transición (…) no vemos con preocupación esta transición (…) no esperamos ningún impacto mayor”.
-Tengo fresco el caso de la mala relación de Argentina con las empresas extranjeras…
-Obviamente, hay situaciones como la de Argentina, como ha sucedido en el sector de energía, en el sector petrolero, son cuestiones que afectan un negocio y tienes que reaccionar a este tipo de situaciones. Hoy en día no hay nada que indique situaciones de ese tipo, obviamente uno nunca sabe lo que puede pasar mañana, pero con base en lo que sucede hoy, no hay motivo para tener una preocupación o algo por el estilo.
Además, le recordamos, llevan 10 años consecutivos recibiendo el reconocimiento de empresa socialmente responsable.
“Es algo que viene desde nuestra casa matriz, de la corporación a escala mundial, el tema de sustentabilidad es parte del ADN de la compañía, es algo que está muy arraigado. Ser una empresa socialmente responsable, que se preocupa por el contexto en el cual actúa, es parte del ADN de nuestra corporación y lo hacemos en cualquier lugar del mundo en donde actuamos”.
-¿Pero por qué debemos tomar en serio este esfuerzo?
-Porque hoy día no concibo imaginar una empresa que sea exitosa y rentable a lo largo del tiempo, si no es una empresa que se preocupa en primer lugar por su gente, como por la sociedad en la que se desarrolla. No concibo imaginar otro camino, es una responsabilidad que han entendido las empresas. Es una especie de compromiso de parte de las corporaciones. Hoy día cualquier empresa siente.
Philips tiene más de cuatro mil empleados en México en cinco plantas, en Tijuana, Ciudad Juárez, dos en Monterrey y en Camargo, más sus oficinas corporativas en el Distrito Federal.
“Estamos en muchos lugares, en Ciudad de México estamos en la calle Regina, en la Catedral, en la peatonal de Madero. En Guanajuato hicimos un plan de embellecimiento en todos los puntos históricos, en Mérida también… hacemos todo lo que es iluminación pública, pueden ser edificios, carreteras, estadios, pero hay una parte muy puntual que llamamos de embellecimiento de edificios históricos. La lista es enorme”.
Arroja luz por todas partes
En México, un ejemplo de turismo sustentable es la cada vez más frecuente instalación de nuevas tecnologías de iluminación LED y Master Color Philips a monumentos, catedrales, estatuas, espacios recreativos y calles, entre otros, que tienen grandes beneficios no sólo para el medio ambiente (hasta 80% de ahorro de energía y durabilidad, así como un bajo contenido de UV), sino también tienen la capacidad de crear escenarios lumínicos teatrales que dan gran realce.
Ejemplo de edificaciones donde se han instalado este tipo de tecnologías son: el Teatro de la República en Querétaro, edificación de 1852, escenario social por excelencia en la Ciudad de Querétaro; el Teatro Juárez en la Ciudad de Guanajuato, inaugurado en 1903, centro y sede de las manifestaciones artísticas de la ciudad y la región; Catedral de Puebla, edificación nombrada Patrimonio de la Humanidad de estilo neoclásico y barroco, concluida su construcción en 1649; Antigua Basílica de Guadalupe, que abrió sus puertas el 1 de mayo de 1709; Plaza Independencia y Reloj monumental de Pachuca, construido en 1904 para conmemorar el Centenario de la Independencia de México.
El sistema de iluminación instalado en estos proyectos sólo lo tienen ciudades en el mundo como París, Toledo, Lyon y monumentos como el Partenón.
Philips ha tenido el honor de iluminar y embellecer iconos nacionales y del mundo como la Esfinge en El Cairo, la Torre Eiffel en París, El Palacio de Buckingham en Londres y la Acrópolis en Grecia.