México se ha posicionado en la ONU como uno de los principales defensores de un nuevo Tratado sobre el Comercio de Armas (TCA), a fin de regular el comercio de todo tipo de armamento, incluido el ligero, así como el papel que debe desempeñar para mermar el mercado ilegal.
“Es importantísimo lograr una regulación clara y fuerte sobre el comercio de armas que al mismo tiempo también prevenga su desvío al mercado ilícito”, dijo el principal negociador mexicano en la conferencia que celebra este mes la ONU sobre el futuro TCA, Roberto Dondisch.
Para el experto, regular el mercado lícito puede llevar a hacer más complicado el comercio legal, lo que podría derivar en que muchas armas lleguen directamente al mercado negro.
Dondisch defiende estas semanas en Naciones Unidas, donde están reunidos los 193 países que la componen, la postura de México ante la creación de un tratado cuyo impacto, si se logra el consenso necesario para que sea tan robusto como numerosos Estados quieren, puede ayudar a reducir la violencia en el país.
Las autoridades mexicanas reconocen el elevado impacto del tráfico de armas, especialmente de armamento ligero, tiene dentro de sus fronteras, con aumento en los índices de violencia, y en la lucha contra el narcotráfico.
De ahí su interés por que se dote al texto que finalmente se apruebe de los mecanismos adecuados para prevenir un crecimiento del mercado ilegal, así como que se incluya en él una regulación completa a la munición y al comercio de armas ligeras y pequeñas, algo a lo que se oponen algunas naciones.
México se ha situado así como uno de los países “más progresistas” en las negociaciones, según reconocen los responsables de la Coalición para el Control de las Armas, que agrupa a distintas ONG internacionales en su defensa por un TCA firme, debido a su defensa de un tratado con verdadero contenido.
Junto a él, también se sitúan los países de la Comunidad del Caribe (Caricom) además de Australia, Alemania, Japón, Nueva Zelanda, Noruega y Suecia, mientras que en el lado opuesto están aquellas naciones más reticentes a un tratado completo: Egipto, Siria, Argelia, Irán, Cuba y Corea del Norte.
“México considera que es sumamente importante tener una regulación internacional sobre el comercio de armas. Una de las diferencias que puede lograr es la creación de una lógica de lo que es legal y lo que no. Hoy en día no está claro y, si se crea una legislación internacional, eso cambiará”, explicó.
Un total de 193 países participan hasta el 27 de julio en esta primera conferencia de la ONU sobre el TCA, que busca regular el comercio mundial de armamento, mientras las ONG piden regular la venta de partes y componentes de armamento, un negocio que movió casi 10 mil millones de dólares entre 2008 y 2011.