Los rebeldes sirios anunciaron hoy que unos 2 mil efectivos del Ejército leal al presidente, Bachar al Asad, han desertado desde el atentado que el pasado miércoles descabezó la cúpula de Defensa del régimen de Damasco.

 

En declaraciones a Efe, el portavoz del opositor Ejército Libre Sirio (ELS) dentro del país, Sami Kurdi, aseguró que las deserciones aumentaron en los últimos cuatro días.

 

Los insurgentes protagonizaron el pasado 18 de julio su mayor golpe contra el régimen sirio desde el inicio de la rebelión en marzo de 2011, al asesinar al ministro de Defensa, Daud Rayiha, y al viceministro de ese departamento y cuñado de Al Asad, Asef Shaukat.

 

En el atentado falleció también al asistente presidencial Hasan Turkmani, mientras que el general Hisham Ijtiar, jefe de la Seguridad Nacional siria, pereció dos días después debido a las heridas sufridas por la explosión.

 

El portavoz del ELS apuntó que en el futuro habrá “operaciones similares”, al tiempo que se recrudecen los combates por el control de las principales ciudades sirias -Damasco y Alepo-.

 

“El régimen sirio, después del golpe que le cortó la cabeza, ya no puede hacer nada salvo seguir perpetrando matanzas”, subrayó Kurdi.

 

Desde el atentado, los enfrentamientos y las operaciones de represión del régimen se han intensificado en un intento de aplastar a los insurgentes.

 

Por su parte, el comandante del ELS en la provincia de Alepo, el coronel Mohamed al Aquidi, anunció anoche el inicio de “la operación para la liberación de Alepo de las manos de las bandas de Al Asad”.

 

A la lucha por el control de las principales ciudades se suman las fronteras, después de que en los últimos días varios pasos fronterizos con Irak y Turquía hayan caído en manos rebeldes, aunque uno de ellos fue recuperado hoy por el Ejército de Al Asad.