Desde el 27 de julio hasta el 12 de agosto, se llevará a cabo la 30º edición de los Juegos Olímpicos Londres 2012, transformando de esta manera a la capital británica en la primera ciudad elegida por tercera vez como sede del evento deportivo más importante del mundo, tras haber sido anfitriona en 1908 y 1948.
Denominados como los juegos más ecológicos de la historia, por su plan de Sustentabilidad Ambiental Social basado en cinco puntos estratégicos: cambio climático, basura, biodiversidad, inclusión y vida sana, han evidenciado los inconvenientes que genera un acontecimiento de tal magnitud más allá del espíritu olímpico que empapa a los londinenses.
La actual crisis económica, la inversión de más de 9 mil 300 millones de libras esterlinas, monto que es cuatro veces mayor al ofrecido por Gran Bretaña en la licitación de julio de 2005, cuando presentó su candidatura ante el Comité Olímpico Internacional (COI), así como la falta de empleo, ha generado mayor atención en el gasto gubernamental y en las repercusiones sociales, políticas y económicas a corto y largo plazo en la sociedad británica.
Por un lado la inversión realizada por el gobierno inglés es vista como un estímulo a la economía que genera empleos para la población local, al igual que como detonante del aumento de congestionamientos viales, desalojos y aumentos en los precios en el alquiler de vivienda.
Es importante resaltar que los Juegos se desarrollarán en el este de Londres, alrededor de la zona de Stratford, donde se localizan los distritos de Greenwich, Hackney, Newham, Tower Hamlets y Waltham Forest, considerados de los barrios más desfavorecidos de Gran Bretaña.
El objetivo para la elección de esta área, ha sido la transformación de una zona muy encarecida y con amplia diversidad cultural mediante la promoción del deporte entre los jóvenes y la generación de más de 3 mil puestos de trabajo entre 2009 y 2012, principalmente en el ámbito del sector constructor.
En términos de empleo, la Agencia de Desarrollo de Londres (ADL) contabilizó que a partir de 2008, 24% de los 2 mil 701 trabajadores son residentes locales, 58% son de Londres, y 9% eran desempleados. Por desgracia, el éxito de las iniciativas de empleo ha sido un tanto empañado por las acusaciones de que los trabajos de construcción son en su mayoría realizados por migrantes, subcontratados a través de agencias que los explotan a través de bajos salarios y exceso de horas de trabajo. El gobierno estima que al menos 42% de los trabajadores de la construcción en Londres son de Europa central u oriental, la mayoría de ellos procedentes de Polonia.
Otros de los planes propuestos por la ADL fue el construir 10 mil nuevas viviendas, además de otras 3 mil en la Villa Olímpica, una Academia Nacional de Habilidades para el Deporte en el estadio olímpico, y un centro para las industrias creativas y de base tecnológica.
Sin embargo, el único tipo de vivienda que se está construyendo en Newham es para clases altas, lejos de los bolsillos de la comunidad, en contraposición a lo que había prometido el alcalde de Londres, Boris Johnson, al afirmar que se apoyaría a las clases más necesitadas.
De igual manera los alquileres de los barrios más cercanos a las sedes de los Juegos Olímpicos de Londres han llegado a multiplicar sus costos, lo que está obligando a muchos vecinos a abandonar sus actuales viviendas e incluso a ser desalojados sin previo aviso. Y es que ante la llegada masiva de turistas, los propietarios de pisos en renta en distritos como Hackney han elevado los arrendamientos en un 64% más que en el resto de Gran Bretaña.
Un departamento de unos 50 metros cuadrados, que hasta ahora rondaba las mil 400 libras al mes, puede alcanzar estos días en las inmediaciones de la zona olímpica 6 mil libras a la semana, es decir, 24 mil libras al mes, resultando entre los más afectados los desempleados, migrantes y gitanos de la comunidad.
Pero no sólo los precios desmesurados en los alquileres han causado irritación entre los londinenses, sino también la saturación en el funcionamiento de Heathrow, el aeropuerto de mayor tráfico de Europa, que en las últimas semanas, ya ha sido motivo de polémica por las largas filas que se forman en los controles de pasaportes y por la inminente huelga del Ministerio de Interior británico, y el control de fronteras en aeropuertos, que amenaza con paralizar el aeropuerto el 26 de julio, justo un día antes del comienzo de los Juegos Olímpicos.
El sistema de transporte londinense ha advertido que las aglomeraciones en el metro llegarán a triplicar el tiempo de algunos trayectos y requirió a los citadinos busquen rutas alternativas para llegar al trabajo durante los Juegos. Ante esa perspectiva, muchas compañías han comenzado a organizar las vacaciones de sus empleados en las fechas de los Juegos y permitirán trabajar desde casa a quienes permanezcan en Londres.
A la par se ha aumentado la seguridad: aproximadamente 12 mil agentes de policía estarán involucrados en la seguridad en los alrededores de Londres durante los Juegos, junto a 21 mil guardias de seguridad en todo el país. Los funcionarios estadunidenses llevarán mil agentes y 500 funcionarios del FBI, para proteger a los deportistas y a los diplomáticos. Los patrocinadores, como Coca-Cola, tendrán su propio personal de seguridad privada. El Ministerio de Defensa desplegará hasta 12 mil soldados y aproximadamente 5 mil elementos especializados en desactivación de bombas. Con tal cantidad de personal de seguridad en Londres se teme un aumento en el atropello de las libertades individuales y a conductas policiales de tono racista, en aras de preservar la seguridad.
El Gobierno británico puso en alerta a mil 200 soldados adicionales para los Juegos Olímpicos, tras el fiasco del dispositivo de seguridad privada organizado por la compañía local G4S. La empresa G4S admitió que no sería capaz de reclutar a 10 mil 400 personas para velar la seguridad de los recintos olímpicos, tal y como se había comprometido por contrato, y afirmó que, “como máximo”, podrá desplegar a 7 mil trabajadores.
En lo ambiental el plan sustentable de los Juegos incluye la incorporación de tecnologías bajas en emisiones de carbono, la protección del impacto sobre la flora y la fauna de la zona, y el impedimento de llegar al predio olímpico en auto (no habrá estacionamientos, sólo se puede llegar mediante el uso de transportes públicos, en bicicleta o a pie), entre otros, buscará abatir prácticas nocivas contra los recursos naturales que en previas ediciones olímpicas no se habían tomado en cuenta.
En lo que a emisiones de carbono respecta, la meta es reducir 50%. La energía provendrá, principalmente, del uso de paneles solares y de dos centrales eléctricas ubicadas en el parque. Otro de los proyectos es que, una vez finalizados los juegos, 20% de la energía utilizada en las instalaciones sea de origen local y renovable.
Estas medidas hacen recordar las promesas del alcalde de Londres, Boris Johson, con respecto a la celebración de los Juegos olímpicos 2012:
1. Hacer que el Reino Unido sea un país deportivo de clase mundial
2. Transformar el corazón del este de Londres.
3. Inspirar a una nueva generación de jóvenes a participar en el voluntariado y la actividad física.
4. Hacer del Parque Olímpico un plan para una vida sustentable
5. Demostrar que el Reino Unido es un lugar creativo, inclusivo y acogedor para vivir, visitar y hacer negocios.
6. Desarrollar las oportunidades y opciones para las personas con discapacidad.
Las anteriores metas a alcanzar en estos Juegos Olímpicos 2012 distan, a corto plazo, al menos en los elementos con los que se cuenta hasta ahora, de lo prometido, ya que todo indica que estos acontecimientos internacionales se han convertido en la desgracia de algunas comunidades londinenses empobrecidas, lejos de ser un evento que sirva para ayudarlas. Se suponía que el legado olímpico tenía previsto resolver la crisis de la vivienda, rehabilitar a los barrios empobrecidos y crear empleos y hasta el momento no se ha visto nada claro.
Pese a estas condiciones, no podemos aventurar conclusiones drásticas, ya que la prueba final será en el legado que estos Juegos dejen mucho más allá de 2012.