Entre las muchas cosas de las cuáles estamos urgidos, es de una redefinición de la violencia. Si asumimos como violento hasta el paso del botón por el ojal; el parto natural y sus desgarraduras, la manipulación del odontólogo para tirar con pinzas de una muela, entonces muchas cosas cotidianas resultan violentas. Sobre todo en la irrupción tumultuaria de quienes defienden sus derechos o protestan mediante la ocupación de una plaza, una calle, un terreno. Y como no caben dos cuerpos en el mismo espacio, ya sabemos lo demás.
Si una marcha de 20 mil o 30 mil personas ocupa una zona y canta salmos bíblicos o repite consignas políticas –en las cuales conviven los ¡vivas!, y los ¡mueras!–, su número, presencia y capacidad de estar ahí, selectivamente, ya son en sí mismo hechos violentos por su contundencia, limitación de la áreas de los otros y hasta la exclusión misma de quienes no participan en la caminata y la dominación autoritaria (y a veces autorizada) del ámbito físico de la protesta.
–Por aquí no se puede pasar. Es tierra de los manifestantes.
Los brigadistas, quienes en toda marcha respetable se ocupan de guardar el orden, evitar a los infiltrados y salvaguardar la seguridad de su grey, se comportan como los “granaderos del bien”. Son los responsables de tender cordones, delimitar contingentes, decidir el paso. Algunos llevan cintas de colores en los brazos, otros gorras, otros nada más la aureola de su extraña especialidad: organización.
“Vamos a actuar siempre por la vía pacífica. Quisieran nuestros adversarios que cayéramos en la trampa de la provocación, de la violencia. Se van a quedar con las ganas. Vamos a actuar siempre de manera responsable”, ha dicho Andrés Manuel en la presentación de su Plan Nacional para la Defensa de la Democracia y la Dignidad de México, en cuya estrategia se advierten los mismos pasos y elementos de su exitosa defensa contra el desafuero foxista.
En aquella ocasión, Andrés Manuel puso contra la pared primero y en ridículo después, al Presidente de la República. Hoy pretende hacer lo mismo para repetir su victoria, esta vez contra un futuro Presidente de la República, a quien se quiere derrotar en los tribunales y en las calles.
Bajo esas ideas centrales, con la mira puesta en la movilización generalizada, el Movimiento Progresista se inviste de pacifismo y creatividad –ya emitieron solicitud a todos los artistas disponibles para sumarlos a la persuasión colectiva y la siembra definitiva del concepto de fraude comercial de una presidencia ilegitima–, y lanza la convocatoria para realizar “Asambleas Informativas” por todo el país mientras en el escenario escogido por los propios quejosos contra el resultado electoral, el Tribunal Electoral, las cosas siguen por su propio cauce.
Limitado en el tiempo por los plazos constitucionales a los cuales debe ceñirse, el tribunal deberá concluir sus deliberaciones antes del 6 de septiembre. Para entonces ya se deberá haber instalado el Congreso, excepto si algún movimiento pacífico rodea San Lázaro para impedir el inicio de sus funciones.
El calendario del asambleísmo informativo es prolijo, sin contar con las actividades derivadas de la convención “atenquista” de la semana anterior, de cuyos métodos y propuestas (en especial bloqueos, tomas de casetas en carreteras, cercos a las televisoras y demás) se han deslindado los “mayores”, sin dejar por ello de dormir todos en la misma cama. Son deslindes aparentes, formales, verbales, pero nunca reales.
En esas condiciones, el 29 de julio y el 5 de agosto, en las plazas principales de muchas capitales estatales en todo el país, el espacio será propiedad del movimiento. De las 10 a las 18 horas, como jornada laboral, el lopezobradorismo desplegará sus habilidades persuasivas. Los organizadores, es de preverse, tolerarán la venta de garnachas y aguas en bolsa.
En total, se tienen previstas 132 asambleas de este tipo en todo el país y el gran número final, la culminación de los anuncios y movilizaciones por defender a la patria, será el mismo caudillo frente a sus seguidores quien con el ademán de Moisés cuando separó las aguas del Mar Rojo “…y los hijos de Israel fueron por en medio del mar, en seco, teniendo las aguas por muro a su derecha y a su izquierda”, dividirá la historia nacional: antes de y después de.
Así será separada la vida de México.
Un tajo en la tierra segura por donde transitarán los elegidos, quienes han hallado en la verdad y en Morena, la Convención Nacional Contra la Imposición y el Plan Nacional por la Democracia y la Dignidad; el sendero de la eterna felicidad del pueblo mexicano, libre del yugo opresor de la oligarquía mafiosa, capaz de comprarse solo las elecciones y robarse la patria misma.
Y en tanto eso ocurre, los priistas, tan escamados ya como un huachinango, denuncian la maniobra de sus oponentes y califican los anuncios de movilización permanente como un intento de presionar a las autoridades electorales.
«Esta mañana, el candidato perdedor Andrés Manuel López Obrador, anunció un plan de acción, cuyo verdadero objetivo –dicen los nietos de Plutarco–, es presionar a las autoridades electorales para condicionar el ejercicio de su función constitucional.
«También, esta reedición del conflicto postelectoral tiene el propósito de descalificar y presionar a los medios de comunicación y comunicadores que no se someten a sus muy personales criterios informativos… el candidato perdedor López Obrador ha concentrado sus esfuerzos en descalificar todo el proceso electoral con mentiras y sin presentar pruebas de sus dichos… para mantener un conflicto artificial que le permita prolongar su agonizante carrera política».
Pues la verdad agonizante, agonizante no se le mira a este caballero cuya vitalidad es cosa notable.
Y en el mundo de los muertos, no de los agónicos, queda –quizá como ejemplo de la violencia acusatoria–, el caso HSBC, en la vertiente de calumnias contra Miguel Ángel Osorio Chong (pieza básica del equipo de Peña) y sus familiares.
Como se sabe, hace meses, los medios adversos a Peña Nieto publicaron filtraciones sin prueba ninguna. En los documentos (a la postre, inconsútiles como promesas de amor) se mostraban “evidencias” del enriquecimiento inexplicable de los Osorio.
Puro cuento. Tras una investigación solicitada por Miguel Ángel Osorio, la PGR llegó a la conclusión anhelada por los acusados: esto es falso de toda falsedad.
–¿Pero, el daño moral, las murmuraciones, el tiempo perdido? ¿Eso quién lo resarce o repone? Nadie, la libertad de expresión tan frecuentemente confundida con la libertad de calumniar.
“De acuerdo al banco HSBC de México, los estados de cuenta de las diversas cuentas (sic) son apócrifos porque según la institución bancaria esas cuentas no existen. Reporte Índigo extiende la corrección editorial correspondiente y pide una disculpa (mejor sería ofrecerla) a los presuntos involucrados (nunca inocentes ni injustamente acusados, conste) Luis y Eduardo Osorio Chong, así como a su hermano Miguel Ángel…”
Y ante el aprovechamiento político para golpear desde este caso de papeles bancarios apócrifos, cualquiera se podría preguntar si el mismo rigor probatorio tienen algunas de las nuevas acusaciones (Monex, lavados y planchados y demás) contra el equipo de Peña Nieto y el PRI.
Hace algunos días, la Conferencia Nacional de Gobernadores, por una promoción del mandatario queretano José Calzada, le extendió al candidato triunfador de las elecciones 2012, un certificado de reconocimiento (así no haya sido tan formal como eso).
El problema para el GDF, cuyo jefe de Gobierno, Marcelo Ebrard, no es asiduo a las reuniones la Conago y para ese fin ha designado a un representante; era la flagrante contradicción entre ese respaldo y la actitud del jefe político de todos ellos, metido hasta el tuétano en la batalla por la anulación. A pesar de eso, Héctor Hernández Llamas se adhirió a la postura de la mayoría (o al menos no la rechazó enfáticamente como era su deber).
Y eso fue lo último en esta etapa de su vida pública. Marcelo Ebrard, como hizo por otras razones con su ex secretario de Desarrollo Social, Martí Batres, lo cesó de un palmetazo y en su lugar designó al Güero Javier González Garza, quien por cierto (y sólo para el anecdotario) tuvo un destacado papel en la toma de posesión de Felipe Calderón y la complaciente pantomima de la puerta trasera.