Antioquia. La mayor parte de la frontera entre Siria y Turquía, y parte de la iraquí, está ya en manos de diferentes grupos rebeldes y ha sido abandonado por las tropas leales al presidente Bachar al Asad, aseguraron refugiados sirios en Antioquia, en el sur de Turquía.
“Casi todos los pasos fronterizos del norte de Siria, desde el de Reyhanli en Hatay hasta el de Deir ez Zor, en la frontera iraquí, están bajo control de los rebeldes”, afirmó Yamil Saib, un economista refugiado en Antioquia.
En las zonas occidentales, los combatientes del Ejército Sirio Libre (ESL), compuesto en gran parte por desertores de las tropas regulares, han afianzado su control sobre grandes zonas al norte de Alepo y mantienen el paso fronterizo de Reyhanli, en la carretera principal que une la capital económica siria con Turquía.
Los encarnizados combates en torno a Alepo han impulsado a numerosas familias a huir a Turquía, una empresa ahora más fácil que en los meses pasados, debido a que los pasos fronterizos ya no están bajo control del régimen sirio.
De hecho, más de cien refugiados sirios llegaron a Turquía cada día Turquía la última semana.
Incluso desde Homs, en el centro del país, aún escenario de salvajes combates, se puede llegar hasta Turquía cruzando por zonas bajo control de la guerrilla, afirma Hassan, un refugiado oriundo de esta ciudad sitiada, que llegó a Antioquía hace pocos días.
Más al este, sin embargo, el Ejército sirio se retiró de varios municipios sin disparar un tiro, aunque aún mantiene en su poder Qamishli, la capital oficiosa de la población kurda en el noreste de Siria.
En al menos cinco ciudades de dos provincias, las tropas sirias han sido desplazadas por milicianos del Partido Unión Democrática (PYD), considerado la rama siria del Partido de Trabajadores del Kurdistán (PKK), la guerrilla que combate contra Turquía.
Así lo confirmó en conversación telefónica Salih Muslim, dirigente del PYD.
“En Qamishli, la situación está tranquila: los representantes del gobierno se han atrincherado en sus edificios y la población no los ataca. Queremos evitar, sobre todo, el derramamiento de sangre”, aseguró este político.
El vacío de poder está siendo ocupado por una alianza entre dos bloques políticos: el PYD y el Consejo Nacional Kurdo, vagamente asociado al Consejo Nacional Sirio (CNS), que pretende representar la oposición al régimen de Asad, declaró a Efe Hefiz Abdulrahmán, miembro del CNS exiliado en Antioquia.
Según la cadena turca CNNTürk, los combatientes kurdos están preparando la toma de Qamishli, lo que parece confirmar que esta fuerza se perfila definitivamente como un opositor más a Asad y ha roto sus devaneos con el régimen sirio.
Es justo la posibilidad de que se cree un ente autónomo kurdo en su frontera sur, lo que ha movilizado a Turquía a fortalecer su presencia militar en la zona.
La estrecha relación entre el PKK y el PYD preocupa en Turquía Ankara ha enviado hoy un convoy de 200 vehículos civiles, acompañado por helicópteros de ataque Cobra y dispositivos de inhibición de radiofrecuencia a Nusaybin, ciudad turca cercana a Qamishli, según CNNTürk.
Salih Muslim, no obstante, subrayó que el único objetivo de su partido es “una Siria democrática” y que no hay animadversión hacia Turquía.
Aún así, los medios turcos señalan “el desafío de un Gran Kurdistán”, en palabras del diario ‘Hürriyet’ o un “nuevo norte de Irak”, en referencia al posible establecimiento de una zona autónoma kurda a imagen y semejanza de la iraquí.
Algo que no necesariamente sería una amenaza para Turquía: Masud Barzani, el dirigente del Kurdistán iraquí, es uno de los mejores aliados de Ankara en la región.