Nueva York. El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y su rival republicano Mitt Romney temen demasiado al poder de la industria del armamento en el país como para regular su comercio, planteó hoy The New York Times.

 

“Ambos hombres temen al poder de los ideólogos de las armas, en especial en estados indecisos electoralmente, como Pensilvania, Nevada y Carolina del Norte, donde muchos votantes han sido hechizados por los cabilderos del armamento”, afirmó el periódico en un editorial.

 

The New York Times indicó que los fabricantes de armas y sus defensores han hecho creer a muchos estadunidenses que cualquier restricción a la venta de armamento es “un impensable asalto a la Constitución” y a sus libertades básicas.

 

Sin embargo, el rotativo cuestionó de manera irónica: “¿Libertad precisamente para qué? ¿Para disparar un cartucho de 100 balas sin necesidad de recargar?”.

 

Titulado “Seis mil balas en Colorado”, el editorial hizo referencia al número de municiones que el sospecho del tiroteo en Aurora, Colorado, –que causó la muerte de 12 personas y heridas a 58– pudo adquirir por internet sin que tuviera que someterse a ningún control o revisión de antecedentes.

 

“Nadie está supervisando si los compradores tienen historiales criminales o antecedentes de problemas de salud mental. Nadie está revisando la venta de municiones al mayoreo para saber quién está construyendo un arsenal”, enfatizó el diario.

 

Recordó que tanto Obama como Romney alguna vez prometieron aumentar los controles a la venta de armas en Estados Unidos, pero que ahora han cedido a los ideólogos de esos pertrechos.

 

Apenas en su campaña de 2008, Obama prometió reactivar una prohibición a la venta de armas de asalto como la que fue usada en el tiroteo de Aurora. Ahora, sin embargo, ya no menciona el tema.

 

Romney por su parte prohibió en 2004 como gobernador de Massachusetts la venta de armas de asalto en ese estado, con el argumento de que eran “instrumentos de destrucción con el único propósito de hacer daño y matar personas”, recordó el periódico.

 

Citó un estudio que concluyó que aunque no es claro que los controles al comercio de armas de asalto reducen el crimen, la prohibición de cartuchos de alta capacidad sí disminuyen el número de víctimas de estos productos y el nivel de violencia.

 

“Muchos políticos de ambos partidos saben esto. Para superar el miedo al cabildeo de la industria de las armas sólo necesitan mirar los rostros de las víctimas de Aurora, Colorado”, enfatizó el diario.