Naciones Unidas. Activistas y organismos no gubernamentales reconocen el liderazgo de la delegación mexicana en las discusiones del primer acuerdo legalmente vinculante para controlar las transferencias de armas en el mundo, negociado en la ONU.

 

“México ha tomado uno de los liderazgos más importantes en el marco del acuerdo, no solamente en la región, sino en toda la negociación”, apuntó María Pía Devoto, de la Campaña para el Control de Armas, un organismo que reúne a 90 de los principales grupos de derechos humanos en el mundo.

 

De acuerdo con negociadores y activistas, México conforma junto con Noruega y Nueva Zelanda el trío de países que de manera más activa busca un acuerdo que evite la transferencia de armas a países con serias violaciones a los derechos humanos y a las leyes internacionales humanitarias.

 

Asimismo, buscan evitar las transferencias a países donde las armas tengan un efecto desestabilizador y exacerben conflictos, así como su desvío a usuarios no autorizados, como actores no estatales y grupos del crimen organizado, lo que representa el mayor problema de América Latina.

 

“México es de los tres países que de manera más activa busca un tratado que realmente tenga consideraciones humanitarias. Estas naciones son seguidas, además, por un conjunto de 73 países que las apoyan”, indicó Devoto, de origen argentino, en entrevista con Notimex.

 

Ese grupo difundió en días recientes un comunicado que urgía a la aprobación de un acuerdo con las características mencionadas que, además, “regule todas las armas convencionales, incluyendo las armas pequeñas y ligeras, y las municiones”.

 

Desde principios de junio y hasta este viernes 27 se negocia en la ONU el Tratado Internacional de Comercio de Armas, que tiene la intención de regular por primera vez en la historia las transferencias de armas internacionales, teniendo en cuenta un enfoque humanitario.

 

El convenio tiene la intención de controlar un comercio de armas convencionales con un valor anual de 60 mil millones de dólares anuales, y que causa la muerte de casi dos mil personas todos los días alrededor del mundo, de acuerdo con grupos humanitarios.

 

Las transferencias no reguladas de armas convencionales no sólo alimentan la violencia en el mundo, sino que promueven la corrupción, debilitan el desarrollo social y facilitan los abusos sexuales, según expertos.

 

Héctor Guerra, experto de la Red de Acción Internacional sobre las Armas Pequeñas (IANSA, por sus siglas en inglés), consideró que México ha sido del “grupo más progresista” desde la concepción del acuerdo global, y que mantiene diálogo constante con países de posiciones similares.

 

“El país mantiene una de las posiciones más cercanas a lo que se espera de un tratado sólido, que cumpla con las condiciones humanitarias necesarias y que contribuya a reducir las transferencias de armas hacia usos ilícitos”, enfatizó Guerra.