La economía española ya no ve lo duro, sino lo tupido. El viernes el Instituto Nacional de Estadística dio a conocer un nuevo récord histórico para el desempleo que superó los 5.69 millones de españoles sin trabajo al segundo trimestre del año; 24.63% de la población activa.
Esta es la tasa más alta para un trimestre que registren las estadísticas españolas en toda su historia. La anterior, que se estableció hace 18 años, fue de 24.55% cuando iniciaba 1994 y España vivía una de sus mayores crisis económicas conocida hasta entonces.
Pero la crisis que ahora azota a España, y que inició a principios de 2008 con el derrumbe del otrora “boom inmobiliario”, no tiene parangón en la historia de aquel país. Uno de cada cuatro españoles no tiene empleo, 44% de los desempleados no ha logrado conseguir un empleo desde hace, por lo menos, un año, y casi un millón 738 mil hogares españoles tienen a todos sus miembros en activo en el desempleo.
Provincias de las comunidades de Andalucía (como Almería, Cádiz, Málaga o la propia Sevilla), Extremadura y Canarias tienen tasas de desempleo que superan 33% de su población activa; mientras que el desempleo juvenil -aquellos de hasta 25 años- se ha disparado hasta alcanzar 53.28% de los jóvenes activos; es decir, son más de 900 mil jóvenes los que buscan empleo y no lo encuentran. Hoy en España hay más jóvenes desempleados que aquellos que tienen una ocupación remunerada, aunque muchos de estos últimos sólo obtuvieran empleos precarios y para ello decidieran abandonar sus estudios profesionales.
La situación económica y social para el gobierno que encabeza Mariano Rajoy es grave. Pero lo peor aún está por venir.
Las perspectivas de corto plazo no ofrecen ningún respiro para siquiera detener el deterioro de los indicadores del empleo. La recesión económica no ha cedido, el FMI acaba de revisar a la baja el crecimiento español a -1.7% en 2012 y -1.2% en 2013, posponiendo la recuperación hacia 2014. Los pronósticos de los empresarios son pesimistas sobre la capacidad de su gobierno y de las autoridades europeas para que España retorne a la senda del crecimiento. El 35% de los empresarios encuestados recientemente (Barómetro de Empresas realizado por Deloitte en julio de 2012) prevé que la salida de la recesión llegará hasta 2015 y 72% cree que la tasa de desempleo aumentará aún más en el segundo semestre de este año, en buena medida producto de los recortes aplicados a los presupuestos públicos y a los futuros recortes que se estima tendrán que realizar los gobiernos locales en las próximas semanas.
El desempleo de millones es la cara más horrenda de las crisis económicas y el fiscal más descarnado que deberá enfrentar la débil estabilidad política del gobierno de Rajoy. No bastarán las buenas intenciones o las arengas de superación colectiva, como reza el título del texto editorial de ayer domingo del diario ABC (“España puede”), para salir del atolladero.
El peso específico del gobierno español -junto con sus alternativas económicas- se ha debilitado en las inacabables discusiones europeas por lo que el tan negado rescate de España cada vez está más cercano. Como también están cercanas las inevitables consecuencias políticas de las movilizaciones de millones de desempleados que ya han perdido la paciencia con su gobierno.
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