Durante la inauguración de las olimpiadas el pasado viernes, me preguntó uno de mis hijos: “cual estadio te gusta más, éste o el “nido” de Beijing?”. Difícil pregunta. La respuesta fue más o menos esta: El nido de Beijing (de Herzog y de Meuron) es una obra de arte, éste (de Populous)… tiene otra intención por decirlo de alguna manera. No es fácil de explicar, Inglaterra es una superpotencia en términos de medio ambiente, sostenibilidad o ecología, y a final de cuentas ese es el mensaje que se aprecia exultante en su estructura e infraestructura olímpicas para el 2012.
Es muy sabido que las Olimpiadas son una oportunidad inigualable para el desarrollo de las ciudades. “Es lo mejor que les puede pasar” aseguramos en las escuelas de arquitectura. En el caso de Londres 2012 se apostó por la regeneración urbana del “lado este” de la ciudad, mediante la creación de un Parque Olímpico de 200 hectáreas construido sobre un antiguo complejo industrial (Stratford), que será un “legado” para el futuro de la Ciudad. Se trata de una zona que albergaba algunas de las “colonias” (como decimos en México) más pobres de la ciudad, alejada de los palacios reales o de la zona residencial del oeste, de tal suerte que la apuesta de regeneración urbana se ha utilizado para diluir –por decirlo así- la disparidad económica entre el este y el oeste.
Aunque los juegos reutilizan muchas instalaciones construidas antes de esta 3ª olimpiada para Londres, la producción arquitectónica deportiva derivada del plan maestro del parque olímpico está muy resumidamente protagonizada de la siguiente manera:
El “Olympic Stadium” (de “Populous”, antes HOK Sport, un mega despacho con extensa producción en estadios e instalaciones deportivas) es una estructura elíptica –aunque parece redonda en perspectiva- que generó un lugar de montaje para el espectáculo olímpico y que adoptó un enfoque sostenible utilizando materiales, estructura y sistemas operativos necesarios para el evento, pero que posteriormente se transformará para su uso a largo plazo (será el anfitrión del Campeonato del Mundo de Atletismo en 2017).
El “Basketball Arena” (de Wilkinson Eyre Architects) es un estadio con 12,000 asientos diseñado para ser desmontado o “reciclado” en dos terceras partes de sus componentes. La estructura de acero está forrada por un “velo” de PVC color blanco que toma la forma de la misma estructura produciendo un juego curvo de sombras triangulares.
El “Aquatics Centre” (de Zaha Hadid Architects) es también una obra de arte –ni hablar- en la que destacan, además la cubierta resuelta con el habitual “parametricismo” de Zaha o de las escultóricas plataformas de clavados, las graderías laterales que se le adosaron exclusivamente para la olimpiada.
El “Olympic VeloPark” (de Hopkins Architects) es uno de los pocos edificios previstos para quedar sin cambios después del evento olímpico. Se trata de una pieza de significativa belleza, un plato de madera y acero que se ha convertido ya en lugar emblemático de la sostenibilidad por sus “atributos verdes”.
Además del “Olympic and Paralympic Village” o del “Chobham Academy” –para próximos residentes del lugar- (de Fletcher Priest Architects, Allford Hall Monaghan Morris /Patel Taylor), del trasporte público y de las próximas piezas importantes que vienen en camino para esta zona de la ciudad, destaca especialmente el diseño urbano y la arquitectura de paisaje que amalgamará todo el parque post-olímpico y que será llamado “Queen Elizabeth Olympic Park” (de James Corner Field Operations). Toda esta arquitectura “verde” encontrará aquí su emplazamiento de visión sostenible y caminable prevista para el futuro a corto plazo de la ciudad en su conjunto. Impresionante.
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