Berlín. Mientras se espera la reunión del Banco Central Europeo (BCE) de la que podrían salir nuevas iniciativas para hacer frente a la crisis de las deudas soberanas, crecen las críticas en Alemania frente a la posibilidad de mayores riesgos para el país.
El vicecanciller y ministro de Economía de Alemania, Philipp Rösler, reiteró este miércoles la negativa de Berlín a la licencia bancaria para el fondo permanente de rescate, una de las opciones que se está analizando.
Rösler insistió en que la Unión Europea (UE) tiene que ser una “unión de estabilidad”, y no una “unión de inflación”.
En este sentido, Rösler se sumó a las declaraciones de la canciller federal alemana Ángela Merkel.
“La canciller federal, el ministro de Finanzas (Wolfgang Schäuble) y yo estamos de acuerdo con que eso que se ha discutido ayer (martes) y hoy, la licencia para el Mecanismo Europeo de Estabilidad, no puede ser nuestro camino”, añadió Rösler.
Desde que el jueves pasado el presidente del BCE, Mario Draghi, aseguró que haría todo lo que está en poder de la institución que dirige para salvar la moneda única europea, las especulaciones no han parado.
Según el diario alemán Süddeutsche Zeitung, hay planes para dotar al Mecanismo de Estabilización Europeo (MEDE) de una licencia bancaria que le permitiría aumentar su fuerza financiera para enfrentar la crisis a través de compra de deuda soberana.
Alemania sería el primer acreedor en Europa de los varios fondos y paquetes de rescate, pero tanto los ciudadanos como parte de los diputados se oponen a que el país se exponga a más riesgos económicos.
En especial, desde las filas del partido liberal, formación que es aliada minoritaria del gobierno de Merkel, llegaron las críticas más duras contra las posibles nuevas medidas del BCE.
El jefe de la fracción liberal en el Parlamento, Rainer Brüderle, insistió por su parte en que “no rescatamos el euro imprimiendo moneda sin límites”.
Añadió que aumentan los riesgos económicos para Alemania ante la falta de voluntad para implementar las reformas de otros países.
Eso no puede seguir así, según el jefe del Partido Liberal (FDP), una formación que con su línea dura en Europa busca recuperar el apoyo perdido en los últimos meses.
Alemania no es la tienda “de autoservicio” de Europa, subrayó Brüderle.
Ante las crecientes críticas de Alemania hacia los otros países, este miércoles tuvo cierto impacto un estudio de dos destacados economistas alemanes que plantearon la hipótesis de una nueva moneda única abierta de donde los países en dificultad puede entrar y salir.
Lo que pidió el director del Instituto Ifo de Munich, Hans-Werner Sinn, junto al economista Friedrich Sell, es la salida de hasta cinco países de la zona de la moneda única europea.
Sería una fórmula temporal dentro de un mecanismo que evitará otras posibilidades desordenadas.
La eurozona debería convertirse en una unión monetaria abierta con “miembros fijos” y “miembros asociados”, según la propuesta de los economistas alemanes planteada en el diario Financial Times.
Los miembros asociados podrían, en caso de emergencia económica, salir del euro y volver a usar sus monedas, en lo que esos economistas definen como “cura de rehabilitación”, antes de volver al euro.
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