La oposición de Felipe Consuelo Soto, juez Décimo Primero de Distrito en Materia Civil en el DF, para que White & Case sea interventor de cinco acreedores, extiende la agonía y deteriora los activos de Mexicana de Aviación, advirtió Vicente Corta Fernández, socio de la firma de abogados.

 

“Los activos de la empresa llevan dos años deteriorándose, sin que pase absolutamente nada y sólo se alarga de manera indefinida el rescate de la empresa bajo el argumento de la protección de los trabajadores, que no han sido beneficiados”, dijo.

 

Corta fue nombrado el 27 de marzo de 2012 por Banorte, Aeropuertos y Servicios Auxiliares (ASA), Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM), Banco Nacional de Comercio Exterior (Bancomext) y la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) como negociador de 35% de los adeudos de la empresa en tierra desde el 28 de agosto de 2010.

 

Sin embargo, Consuelo Soto rechazó esa petición el pasado miércoles, porque, asegura, White & Case no está capacitada para desempeñar las funciones de interventor por ofrecer servicios profesionales de asesoría y consultoría jurídica.

 

“La decisión del juez es una estrategia dilatoria y burda que afecta a los trabajadores y empleados”, manifestó el abogado en una conferencia telefónica.

 

“Si se impugna el fallo, se abrirá un juicio, cuando el juez Consuelo nos diga que se ganó el amparo será después de nueves meses, y ya la empresa seguirá deteriorándose, las posibilidades de cobranza de los acreedores serán menores y la posibilidades de que la empresa salga adelante se reducirán”, dijo.

 

El litigante aseguró que toda esta estrategia se armó para diferir y prolongar el proceso mercantil, porque dicen que si más pasa el tiempo los beneficiados serán los sindicatos, pero ya complicaron el regreso de la aerolínea y ya perdieron las rutas nacionales e internacionales.

 

Adelantó que será la próxima semana cuando decidan si impugnarán la decisión de Consuelo Soto.

 

El proceso mercantil tuvo que resolverse en seis meses, porque todas las empresas en concurso mercantil comienzan a deteriorarse y la viabilidad de la empresa ya no es clara, recordó.

 

Cuando AMSHA y Comercial Mexicana cayeron en concurso de acreedores generaron flujo y ventas, lo cual les permitió tener compensaciones e ingresos. Pero en Mexicana de Aviación, que dejó de operar y no tiene ingresos importantes, ya está afectando a los acreedores, a los trabajadores y a los activos, explicó el socio del bufete jurídico.

 

La negociación con los acreedores de la línea aérea ha sido incorrecta, poco transparente y le resta credibilidad a todas las suspensiones de pagos de México, así como a la nueva Ley de Concursos Mercantiles, añadió.

 

“Cuando tú sientas un precedente de volver indefinido y el proceso dure años, porque hoy ni siquiera hay plazo, eso genera costos adicionales a empresas en México”, expresó Corta Fernández.

 

Los resultados han sido completamente insatisfactorios, ya que no hay un arreglo con los acreedores ni hay un plan de negocios creíble y no se han cumplido los tiempos de la suspensión mercantil, mencionó.

 

“Med Atlántica y Fides, inversionistas atraídos para rescatar la empresa, son poco serios y cada vez que se les pide mostrar el dinero sobre la mesa no lo hacen, a pesar de que vienen con cantidades exorbitantes de dinero”, agregó el socio de White & Case.