Nueva Delhi. El primer ministro de la India, Manmohan Singh, condenó hoy el atentado registrado en Estados Unidos contra un templo sij que acabó ayer con la vida de seis personas más el atacante, y causó heridas a otras tres.
“Que este acto violento y sin sentido esté dirigido contra un lugar de devoción religiosa es particularmente doloroso. Envío mi pésame más profundo a las familias”, afirmó en un comunicado Singh, quien pertenece a su vez a la comunidad sij de la India.
El primer ministro indio agradeció al presidente de Estados Unidos, Barack Obama, que condenara los hechos, y también mostró su deseo de que las autoridades estadounidenses tomen medidas para que ataques similares no tengan lugar en el futuro.
“La India -concluyó el primer ministro- se solidariza con todos los estadounidenses amantes de la paz que han condenado la violencia”.
La matanza, cometida por un hombre armado, ocurrió ayer por la mañana en un templo sij de Oak Creek, en la región de Wisconsin (centro-norte de Estados Unidos) y las autoridades han señalado que investigan los hechos siguiendo una hipótesis de “terrorismo local”.
En total murieron siete personas -incluido el agresor-, y otras tres resultaron heridas de gravedad.
Poco después de conocerse la tragedia, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, expresó su “profunda tristeza” por los fallecidos y heridos durante el tiroteo y señaló que sus “oraciones están con las familias y amigos de las víctimas”.
Obama lamentó que “esta pérdida se produjese en un lugar de oración”, y subrayó “lo mucho que ha enriquecido al país la comunidad sij, que es parte de la gran familia estadounidense”.
Los sijs tienen en la ciudad india de Amritsar (norte del país) su principal centro espiritual, y suponen en torno al 2% de la población del país asiático, aunque cuentan con comunidades de emigrantes significativas en Estados Unidos o Canadá.