Lago. Al menos 19 personas han muerto y numerosas resultaron heridas en el centro de Nigeria en un ataque perpetrado el lunes por la noche contra una iglesia pentecostés en la localidad de Okene, en el estado de Kogi, confirmaron hoy fuentes militares.
Quince fieles de la iglesia murieron al instante, mientras que otros cuatro fallecieron en el hospital tras el atentado, precisó el comandante de la Fuerza de Intervención Conjunta del Ejército nigeriano que opera en la zona, teniente coronel Gabriel Olorunyomi, citado por la Agencia de Noticias de Nigeria (NAN).
La misma fuente indicó que los asaltantes, una decena de hombres armados, llegaron a la Iglesia Bíblica de la Vida Más Profunda de Okene en un autobús, mientras los fieles asistían a la sesión de estudio semanal de la Biblia.
Los intrusos apagaron el generador de corriente eléctrica del templo cristianos, dejaron la iglesia a oscuras, bloquearon todas las salidas y comenzaron a disparar indiscriminadamente a los fieles durante al menos 20 minutos.
Entre los fallecidos figura el pastor encargado de la iglesia, Lambe Emmanuel, y nueve mujeres.
Aunque ningún grupo se ha responsable del atentado, la secta radical islámica Boko Haram ha estado llevando a cabo este tipo de matanzas de cristianos de forma regular en los últimos meses.
Boko Haram, cuyo nombre significa en lengua local “la educación no islámica es pecado”, lucha por instaurar la ley islámica (“sharia”) en Nigeria, un país donde la población de la mitad norte es predominantemente musulmana, y la mitad sur, cristiana.
El pasado junio, la Asociación Cristiana de Nigeria (CAN), que engloba a las iglesias del país, acusó a la secta de provocar “una guerra contra los cristianos”, tras los repetidos ataques contra cristianos.
En un vídeo publicado en internet el pasado fin de semana, el grupo terrorista instó al propio presidente nigeriano, Goodluck Jonathan, de religión cristiana, a dimitir de su cargo y convertirse al islam.
El portavoz del jefe del Estado nigeriano, Reuben Abati, tildó el mensaje de Boko Haram de “grosero y simple chantaje”.
“El Presidente no puede ser intimidado por ningún grupo o individuo. El Presidente nunca dimitirá. Él tiene el mandato de los nigerianos para servir a su país”, agregó Abati.
El ataque en Okene ocurrió después de que el Ejército nigeriano advirtiera el lunes a los ciudadanos de la ciudad norteña de Maiduguri de que estuvieran vigilantes porque el grupo terrorista supuestamente planea el robo masivo de automóviles en esa zona para usarlos después en atentados suicidas.
Los terroristas, según el Ejército, pretenden llenar de explosivos esos vehículos a fin de atacar lugares estratégicos de Maiduguri, de ahí que se instara a los residentes de la ciudad a informar a la Policía de cualquier robo sospechoso, informó el diario local “ThisDay”.
Desde el inicio de su violenta campaña en 2009, cuando el fundador de Boko Haram, Mohamed Yusuf, murió bajo custodia policial, la secta ha matado a unas 1.200 personas, la mayoría en ataques perpetrados en el norte de Nigeria, según cifras oficiales.
Con más de 150 millones de habitantes integrados en más de 200 grupos tribales, Nigeria, el país más poblado de África, sufre múltiples tensiones por sus profundas diferencias políticas, religiosas y territoriales.