Buenos Aires. El juicio en contra de los supuestos jefes de la ruta de la efedrina que recorría Argentina hacia México culminará este viernes con el fallo del tribunal, lo que pondrá fin a un caso que hace cuatro años conmocionó al país sudamericano.
Los principales acusados son el mexicano Jesús Martínez Espinosa y el argentino Mario Segovia, a quienes se identificó como líderes de los grupos que traficaban precursores o metanfetaminas, por lo que fueron bautizados como “reyes de la efedrina”.
Martínez Espinosa, un empresario michoacano de 52 años, era el dueño de la casa en donde el 18 de julio de 2008 la Policía encontró a nueve mexicanos operando el primer laboratorio de producción de metanfetaminas descubierto en Argentina.
Cuando se realizó el allanamiento, Martínez Espinosa estaba en México, por lo que se emitió una orden de captura internacional en su contra que permitió que en noviembre de ese año fuera extraditado desde Asunción, Paraguay, en donde estaba escondido.
Aunque la prensa argentina lo identificó como el líder del Cártel de Sinaloa en Sudamérica y el gobierno mexicano lo relacionó con el Cártel de Juárez, durante las investigaciones nunca se probó su pertenencia a algún grupo específico del crimen organizado.
La Fiscalía y la querella solicitaron penas en su contra de entre ocho y 12 años, pese a que sus abogados defensores insistieron en que era un simple empresario mexicano sin antecedentes penales que vino a invertir su dinero en Buenos Aires.
El otro “rey de la efedrina” es Segovia, quien fue detenido en noviembre de 2008, acusado de haber utilizado una identidad falsa para enviar toneladas de efedrina a cárteles mexicanos y de ser su principal proveedor argentino.
Para este empresario rosarino, la Fiscalía y la parte acusadora (la Aduana) pidieron penas que van de los 14 a 16 años, solicitudes que fueron impugnadas por la defensa debido a las irregularidades cometidas por el ex juez que inició la causa.
En el juicio también están imputados otros nueve presuntos cómplices del tráfico de efedrina o metanfetaminas, entre ellos los mexicanos Rodrigo Pozas Iturbe y Fernando Ventura.
A Pozas Iturbe se le acusó de ser el financista del grupo que encabezaba Martínez Espinosa, pero durante el juicio no hubo pruebas contundentes en su contra y por eso la acusación pidió su absolución, mientras que la Fiscalía solicitó una condena de tres años.
En el caso de Ventura, en cambio, se pidió una pena de cuatro años de prisión, ya que fue imputado como “lugarteniente” de Martínez Espinosa y de haberlos ayudado a enviar la efedrina disuelta en botellas de vino blanco.
La causa de la ruta de la efedrina fue tan compleja e involucró a tantos acusados, que fue dividida en dos juicios en los que se procesó a 32 acusados, 14 de ellos mexicanos, de los cuales 10 ya fueron condenados en 2010 por el delito de crimen organizado.