El toque de diana es la señal de alerta. Los 180 elementos del Segundo Regimiento Blindado de Reconocimiento del Campo Militar 37-B se dispone a evacuar a 63 mil 887 pobladores de cinco municipios del Estado de México, los más vulnerables ante una eventual erupción del Popocatépetl.
En los últimos días el volcán disminuyó su actividad, pero en cualquier momento la situación podría cambiar. Los militares ensayan para cumplir con los tiempos establecidos en el Plan Popocatépetl.
Después de escuchar el sonido de la trompeta, en menos de un minuto tres escuadrones, de 60 integrantes cada uno, se concentran en la explanada de la base, preparan los vehículos y en menos de cinco minutos salen rumbo a Atlautla, Amecameca, Ozumba, Tepetlixpa y Ecatzingo.
En menos de 20 minutos los elementos arriban a los poblados más cercanos a la base como San Pedro Nexapa o San Juan Tehuixtitlan, en el caso de los más alejados el tiempo de traslado es de 38 minutos.
En un lapso de entre 40 minutos y una hora los habitantes de la zona de alto riesgo, que abarca un radio de 14 kilómetros alrededor del volcán, deben instalarse en alguno de los 42 albergues disponibles en Ixtapaluca, Chalco y Valle de Chalco.
En esos centros hay espacio para 13 mil 484 personas, lo que significa la quinta parte de los pobladores de la zona, pero eso no es problema. El coronel Raúl Pozos Cervantes, encargado del Segundo Regimiento Blindado de Reconocimiento, explica que ya se tiene un estimado de las personas que no acudirán a los albergues porque prefieren quedarse en casa de sus familiares que viven en otros municipios mexiquenses o en las entidades cercanas.
De acuerdo con las previsiones, el escenario sería catastrófico. Las comunidades ubicadas en la zona de riesgo serían cubiertas por avalanchas de escombros, de ceniza y lodo, habría movimientos telúricos fuertes y el volcán arrojaría material incandescente y lava.
En la zona de riesgo medio, que abarca un radio de 30 kilómetros, habría temblores de menor intensidad y avalanchas de escombros y ceniza; mientras que en las poblaciones con riesgo bajo, ubicadas en los 60 kilómetros a la redonda del volcán sólo se sentirán movimientos telúricos de menor fuerza y habría lluvia de ceniza.
En la Sala de Operaciones Popocatépetl del campo militar ubicado en Temamatla, Estado de México, tres pantallas monitorean la actividad telúrica de la zona y las imágenes del volcán que captan las ocho cámaras del Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred).
Tres elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) observan atentos las pantallas para detectar cualquier cambio en la actividad volcánica, que implique elevar la alerta volcánica, que desde el 16 de abril permanece en amarillo fase III.