El Instituto Federal Electoral (IFE) no puede modificar a contentillo el procedimiento de fiscalización de los partidos políticos porque forma parte de las reglas del juego aceptadas por todos para este proceso, aseguró el consejero Lorenzo Córdova.
En la presentación del primero de los “Cuadernos para el Debate” presentado por el IFE en la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, propuso revisar el modelo de fiscalización actual para el financiamiento de los partidos políticos y sus candidatos presidenciales porque éste es el mismo que se aplica desde 1994.
Se trata de un procedimiento muy exhaustivo pero no necesariamente expedito, que ya fue aceptado por todos los partidos, de manera que resulta prácticamente imposible modificarlo por lo que hace a las actuales elecciones presidenciales.
Propuso, además, que se analice la posibilidad de hacerlo menos exhaustivo o bien vinculatorio para el futuro, como ocurre en otros países.
En el sistema electoral federal, recordó, el rebase en los topes de gastos de campaña no constituye una causal para anular las elecciones.
Por lo tanto, añadió, en el futuro quizá convendría modificar estas reglas e imponer sanciones a los candidatos que resultasen electos, con base en una campaña que exceda los topes de gastos establecidos.
Durante la presentación del primero de los cuadernos que trata sobre el procedimiento especial sancionador, el consejero señaló que este instrumento ha sido utilizado de manera excesiva por los partidos políticos.
Prueba de ello, dijo, es que en este proceso ya se han presentado 348 quejas, lo que ha obligado al Consejo General del IFE a realizar más de 80 sesiones.
En su oportunidad, el ex consejero electoral, Virgilio Andrade, aseguró que el procedimiento especial sancionador constituye en realidad el “silbato” del árbitro electoral porque permite sancionar conductas que inciden negativamente en los procesos electorales.
Sin embargo, los procedimientos surgidos después de las elecciones de 2006 no son perfectos, por lo tanto a veces resultan insuficientes para sancionar a partidos políticos y candidatos que “caminan en el filo de las reglas del juego”.
Por ello, para garantizar la estabilidad y credibilidad quizá sea el momento de revisar esas reglas, pues ya es imposible organizar más procesos electorales con reglas como las que había en 2006, puntualizó.