El corporativo venezolano Grupo Inteligensa Internacional invertirá cinco millones de dólares para la construcción de su nueva planta en el Estado de México, con lo que espera generar 600 empleos directos y 200 indirectos en la zona.

 

“En la planta de Naucalpan, Estado de México, se realizará la parte más delicada de esta industria, que es la incorporación de la electrónica a la tarjeta y la codificación exigidas por Visa, MasterCard, otros bancos, incluso por el gobierno”, manifestó Venanzio Cipollitti, presidente de la compañía multinacional.

 

Entrevistado por 24 HORAS, el directivo explicó que decidió trasladar la fabricación de 50 millones de tarjetas bancarias, cédulas de identidad y chips de telefonía móvil a México, en lugar de seguirlas importando.

 

“La construcción de la fábrica en este país responde a la alta demanda, especialmente por la migración a tarjetas de chips con antena para el sector financiero y a la eliminación de la documentación impresa por parte de las autoridades mexicanas”, dijo.

 

“Cada año se fabricarán 30 millones de tarjetas y para el segundo año se doblará esa cifra. En cuanto a las cédulas de identidad se prevé un fuerte crecimiento en los próximos cinco años”, expuso el directivo.

 

También se producirán chips de los teléfonos celulares, igualmente las tarjetas de identificación, células de identidad, elector y licencias de conducir, explicó el responsable de la compañía con nueve plantas de manufactura en el mundo.

 

Mencionó que tienen contratos por cumplir en el sector privado mexicano y de América Latina por eso se abre la nueva factoría:

 

“De momento se importa el producto usado en las tarjetas de los mexicanos desde el extranjero, y eso no debe seguir porque se pone en riesgo los empleos”.

 

“En México nos ha ido muy bien, y estamos agradecidos con la economía que vio nuestra llegada en 1992. Este país aporta mucho al sector manufacturero, cuando se le compara con países latinoamericanos que prefieren importar de China”, expuso Cipollitti.

 

Según el directivo, ya no era rentable la importación de 50 millones de tarjetas para pagos electrónicos e identificación cada año desde las planta de Brasil e Italia.

 

El ejecutivo explicó que el negocio de las tarjetas en el país deja beneficios para los usuarios y los prestadores de servicios, porque el costo es de cada plástico con chip es de cinco dólares.

 

“En el mundo no puedes encontrar un computador en ese precio, ni siquiera un teléfono celular, sistemas para identificación, que vale cuando menos 200 dólares”, dijo.