Sin perder nunca su sentido del humor, la encuestadora e investigadora María de las Heras, trataba de ver siempre el lado positivo del último año de su vida; ayer falleció a los 53 años de edad

 

María de las Heras de Polanco, una de las encuestadoras más reconocidas en México y el mundo, cuya sonrisa era su carta de presentación y el tono elevado de su voz inyectaba vida, murió ayer en la Ciudad de México, por complicaciones derivadas un tumor en el pulmón. Tenía 53 años, y los portaba con garbo.

 

Siempre simpática y malhablada, nació en México de padres españoles, que la llevaron a los cuatro años a España para regresar dos más tarde, según recordó su hijo Rodrigo. Con ese ligero  acento español que se le quedaría para siempre, era franca y directa. Nunca utilizaba un lenguaje sibilino, lo que le llegó a generar problemas de muchos tipos, inclusive políticos.

 

Quizá el más notable fue en 1994, tras el asesinato de su gran amigo Luis Donaldo Colosio, candidato del PRI a la Presidencia. De las Heras participaba en el cuarto de guerra del candidato, donde tuvo varios enfrentamientos con el coordinador de la campaña, Ernesto Zedillo, por lo que consideraba era su desconocimiento de la opinión pública. Su relación no era tersa.

 

Por eso, después de que Zedillo, candidato de emergencia, ganó la elección presidencial, el entonces presidente Carlos Salinas de Gortari la mandó llamar a su oficina, que era insólito, para preguntarle qué pensaba hacer. Extrañada, le dijo que no sabía.

 

Salinas le preguntó sobre su relación con otro cercano a Colosio, César Augusto Santiago, entonces novio de De las Heras, y le dijo que porqué no lo nombraba embajador en Brasil. Quedó sorprendida y sin muchas palabras. Salinas retomó que, para eso, tendrían que casarse, porque no sería bien visto en el cuerpo diplomático una pareja en Brasilia en unión libre.

 

De las Heras le dijo que prepararía su boda, pero Salinas, impositivo para muchas cosas, se interpuso en el camino y les organizó la boda en el Salón López Mateos de la residencia oficial de Los Pinos. Antes de ir a Brasil, mientras esperaban el beneplácito, les sugirió que se fueran de luna de miel, que duró dos meses en Europa. Ella siempre dijo que se trató de un exilio que les procuró Salinas para evitar una posible represión por parte de Zedillo.

 

Al regresar, con el beneplácito del gobierno brasileño, las aguas estaban más tranquilas, por lo que Santiago nunca asumió la representación diplomática.

 

María de las Heras de Polanco nació en 1958, de una familia de empresarios españoles. Uno de ellos, hermano de su madre, Jesús, sería uno de los fundadores del periódico El País y, con el paso del tiempo, el principal accionista de PRISA, que edita el principal diario de habla hispana y uno de los grupos multimedia más influyentes del mundo. Irónicamente, con la crisis financiera en PRISA, Ernesto Zedillo llegó al Consejo de Administración, donde tiene un asiento, como representante del grupo de inversionistas estadunidenses con intereses en la empresa.

 

Polanco murió en 2007, pero ella mantuvo la cercanía con sus primos, sobretodo con Jesús, el heredero, a quien siempre, no en calidad de consejo sino de descripción del entorno mexicano, enriquecía con sus vivencias que eran tomadas por él como un marco de referencia para sus negocios en México.

 

De las Heras estudió actuaría en la UNAM, y era la presidenta de la agencia Demotecnia, que gradualmente había venido pasando a quien entrenó para, llegado el momento, tomara el timón de la empresa, su hijo Rodrigo Galván. Inició su carrera como encuestadora hace más de 20 años, y entre 1989 y 1994 coordinó el Sistema de Opinión Pública del PRI. Estuvo a cargo de los análisis estadísticos de preferencias electorales durante la campaña presidencial de Colosio. Trabajó, paralelamente, en el diseño de la estrategia electoral del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) para la elección presidencial de España en 2004.

 

En 2000, contratada por el periódico texano Dallas Morning News para la elección presidencial, fue quien mejor reflejó el resultado final del voto a favor de Vicente Fox, en un momento donde varios de sus competidores apuntaron al priista Francisco Labastida como ganador de la elección.

 

Después de haber incursionado en la prensa estadunidense, se convirtió a finales de 2000, en la encuestadora del Grupo Milenio, de  donde renunció en 2010 por negarse a compartir los estudios de opinión con el Grupo de Comunicación Estratégica, cuyo presidente es Liébano Sáenz, quien fue secretario particular del ex presidente Zedillo.  En una carta enviada al presidente de Milenio, De las Heras escribió:

 

“Durante el 2009 se generaron serias confusiones con la publicación en el diario de diversas encuestas electorales responsabilidad de la empresa del Sr. Liébano Sáenz, en las que se aseguraba prevalecían condiciones electorales absolutamente contrarias a la realidad…

 

“Tras diez años de ser la responsable de la publicación de encuestas en Milenio, el público supuso que dichas cifras también eran mi responsabilidad, por lo que me vi envuelta en serias críticas y cuestionamientos sobre un trabajo que yo no había hecho.

 

“Tú sabes, porque tuve la oportunidad de comentártelo personalmente, que antes de que la empresa del Sr. Liébano Sáenz quedara como la encuestadora oficial de Milenio Televisión —y por supuesto sin sospechar que así sería-, hice públicas mis reservas sobre la calidad y profesionalismo de su trabajo, críticas que visto su desempeño en el último año, se sostienen”.

 

Recta y congruente, no le importó a De las Heras dejar de publicar en los medios de comunicación. No tardó mucho fuera de ese mercado, pues El País comenzó a publicar semanalmente sus encuestas. Al aparecer 24 HORAS, De las Heras colaboró también con la difusión de sus encuestas y artículos sobre el tema, que combinaba con participaciones permanentes en W Radio.

 

En vísperas del año electoral, inició un programa en UNOtv, conducido por el director de 24 HORAS, Raymundo Riva Palacio, y con la participación de Alejandra Cullen, también colaboradora de este periódico. Adicionalmente, realizó las encuestas para esa empresa y grupos de enfoque a propósito de los debates presidenciales.

 

Demotecnia, su casa encuestadora, fue la primera que registró la caída de Enrique Peña Nieto dos meses antes de la elección, y la reducción de su diferencia ante Andrés Manuel López Obrador a escasos ocho puntos -mientras que la mayoría de sus competidores le daban una ventaja de al menos seis puntos más al registrado por De las Heras-. De todas las empresas que hacen encuestas, Demotecnia y Mercaei fueron quienes diagnosticaron con mayor precisión el resultado de la elección.

 

México no fue el único país donde realizó encuestas. Entre sus grandes logros fue haber aportado los datos más certeros respecto de la elección de José Luis Rodríguez Zapatero rumbo a la Presidencia del gobierno español. Propuso y defendió, además, un modelo que supiera adaptarse a las particularidades de la dinámica política mexicana, y otro para calcular científicamente el porcentaje de gente que realmente sale a votar.

 

Reconocida como una mujer extraordinariamente alegre (para celebrar sus 50 años hizo una fiesta de más de 10 horas de duración, en la Antigua Hacienda de Tlalpan), ella misma admitía que no podía quedarse callada y que siempre decía lo que pensaba. De las Heras se codeaba con los políticos, intelectuales y periodistas más reputados del país. Publicó dos libros, Uso y abuso de las encuestas, en 1999, y Por quién vamos a votar y por qué. Guía práctica para entender las elecciones, en 2006.

 

De las Heras se encontraba enferma desde octubre del año pasado, por lo que le hicieron diversos análisis y fue sometida a un tratamiento radiológico. Los estragos en su salud se notaron durante una mesa de análisis en UNOtv tras el primer debate presidencial, donde no podía contener la gripa. Participó días después en el programa Catapulta, con Riva Palacio y Cullen, que sería el último programa al que se presentaría.

 

En todo ese tiempo chupaba siempre una paleta roja de dulce que le había recomendado el doctor para sus problemas grastrointestinales. Su salud se deterioró y viajó a Cleveland, en los días de la elección, para un tratamiento especial y una biopsia, que resultó positiva. Regresó a México y llegaba a contestar el teléfono, con el mejor de sus humores, mientras le practicaban los tratamientos. Hace casi cuatro semanas, un dolor en el estómago la llevó nuevamente al hospital, donde la intervinieron. Una segunda operación siguió. Durante ese mes, su esposo -el diputado federal priista César Augusto Santiago- y su hijo -Rodrigo Galván- utilizaron la misma red de microblogging para informar de la gravedad de De las Heras.

 

En ningún momento perdió su sentido del humor. Inclusive, trataba de ver siempre el lado positivo del último año de su vida, en el cual la tragedia llegó a su familia, con la muerte de su hermano a fines del año pasado, y días después, la de su madre. Golpeada en lo anímico, su sonrisa nunca dejó de dibujar su cara. Rodrigo, su hijo, estuvo siempre a su lado en el hospital. Orgullo de De las Heras, también era la parte más dulce en los últimos días, con sus nietos Natalia, de 2 años, y Rodrigo, de apenas seis meses de edad.

 

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