Termina la administración Calderón y hay la sensación de que su país tiene poco que ver con el nuestro. El presidente está convencido de haber hecho un gran trabajo. Asevera que el PAN perdió por no explotar sus magníficos logros. Hay algunos avances, pero es erróneo pensar que con Oportunidades y el Seguro Popular se construiría una potencia. Sus soluciones son populares pero insuficientes. Calderón presume la generación de empleos, pero la mayoría son informales. Esto refleja el fracaso de su política económica, social e industrial.
Santiago Levy, Victoria Fazio y Matías Busso presentaron un artículo sobre los costos en productividad generados por el exceso de informalidad en México. Es un trabajo académico serio y riguroso donde se demuestra como el desbordamiento de la informalidad impacta la productividad de la economía y las posibilidades de mejora en la calidad de vida.
Ponen de manifiesto el crecimiento de la informalidad en los últimos 14 años y su relación con una regulación laboral ambigua (que permite asalariados y no asalariados); con distorsiones en el mercado laboral, (como el Seguro Popular, que encarecen la actividad formal) y la debilidad del IMSS para obligar a las empresas a cumplir con sus obligaciones. Es decir, la informalidad es, en parte, producto de una visión miope en el diseño de la política pública. El estudio tiene muchos resultados. Aquí se destacan sólo algunos datos útiles para entender la composición actual de la economía mexicana.
El estudio se basa en los censos económicos de 1998, 2003 y 2008 y destaca tambien los datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE). Estiman que el empleo urbano total es de 33 millones de trabajadores, de los cuales 40% trabaja en empresas no captadas por el censo, en su mayoría informales. Se estima también que hay 4.8 millones de empresas, 4.6 millones de empleados gubernamentales, más cuatro millones de autoempleados urbanos y 5.6 millones de autoempleados rurales (95% de ellos informales).
Casi 90% de las empresas emplea a menos de cinco trabajadores, mientras sólo 6% emplea entre seis y 10 trabajadores. Juntas concentran 46% del empleo total y sólo generan 15% del valor agregado. Las empresas grandes (de más de 50 trabajadores) representan 1% del total, emplean a 39% de la masa laboral pero contribuyen con 73% del valor agregado de la economía.
El sector manufacturero incluye 12% de los establecimientos, contrata a 26% de la fuerza laboral y produce la mitad del valor agregado de la economía. Sin embargo, en los últimos 10 años, el comercio y los servicios crecieron a costa de la manufactura.
La mayoría de las empresas son informales, algunas respetan y otras violan la ley laboral. Hoy, solo 3% del total de empresas son formales y respetan plenamente la ley del trabajo. Estas contratan a 20% del total de los trabajadores. Hay siete veces más empresas que contratan asalariados sin cubrir prestaciones.
Hay mucho que decir sobre el estudio, pero con estos datos se entiende la evolución de la economía informal, y como su crecimiento refleja el fortalecimiento de los incentivos para incumplir con la ley. Visto de otro modo: las administraciones panistas hicieron un pobre trabajo en materia de desarrollo institucional. Tal vez por eso la sociedad optó por abrirse camino al margen de las instituciones. Tal vez por eso los votantes los castigaron, aunque quieran responsabilizar de todo mal a Josefina y su campaña “diferente”.
@cullenaa | Fb: La caja de espejos