En un hecho sin precedentes, las cajetillas de cigarros en Australia excluirán los colores, diseños y logotipos distintivos de las marcas. A partir de diciembre, los empaques tendrán un monótono color verdoso, advertencias explícitas sobre los peligros para la salud e imágenes de bocas afectadas por el cáncer y ojos ciegos.

 

Esto, luego de que la Corte Suprema de ese país ratificó ayer la próxima entrada en vigor de la ley más estricta del mundo contra los cigarrillos, a pesar de las protestas de la industria tabacalera, que en sus impugnaciones argumentó que la normativa infringe los derechos de propiedad intelectual y devalúa el valor de sus marcas registradas.

 

En particular, las tabacaleras British American Tobacco, Philip Morris International, Imperial Tobacco y Japan Tobacco International expresaron preocupación de que la ley siente un precedente global con potencial para mermar miles de millones de dólares al valor de sus marcas.

 

Asimismo, los fabricantes argumentaron que el gobierno australiano podría beneficiarse injustamente de la ley al utilizar las cajetillas como plataforma para la promoción de su propio mensaje, sin indemnizar a las tabacaleras.

 

Según la constitución australiana, el gobierno sólo puede adquirir la propiedad de otros en «condiciones justas».

 

La histórica victoria judicial de la ley antitabaco en Australia decisión fue aplaudida por la Organización Mundial de la Salud. «La OMS hace un llamamiento al resto del mundo para que siga la contundente posición de Australia en relación con la publicidad del tabaco», manifestó la directora general del organismo, Margaret Chan.

 

«El empaquetado sencillo es una manera altamente eficaz de contrarrestar las implacables tácticas publicitarias de la industria», afirmó Chan en un comunicado, en el que consideró los recursos legales de las tabaqueras en Australia «los estertores de la muerte de una industria desesperada».

 

«Con tantos países esperando seguir el camino de Australia, lo que esperamos es ver un efecto dominó por el bien de la sanidad pública», agregó la máxima responsable de la OMS.

 

Chan subrayó que el consumo de tabaco es una de las principales amenazas contra la salud pública más fácil de prevenir.

 

«Los productos del tabaco eventualmente matarán a la mitad de las personas que los consumen. Esto significa que casi seis millones de personas mueren cada año. Si los gobiernos no toman medidas sólidas para limitar la exposición al tabaco, para el año 2030 podría matar a más de ocho millones de personas cada año», dijo Chan.

 

México sigue en la batalla

 

Nuestro país se sumó en 2009 a la iniciativa mundial contra el tabaco con la entrada en vigor en julio de ese año de la Ley Antitabaco a nivel federal, aunque desde abril de un año antes está vigente la legislación en el Distrito Federal.

 

Las leyes aprobadas prohíben desde entonces fumar en lugares públicos cerrados, como restaurantes y oficinas, aunque con algunos matices. Además, endurecen las multas y los castigos, que pueden suponer la cárcel en algunos casos.

 

Otros países de América Latina que ya cuentan con legislaciones contra el tabaco son Uruguay, desde 2006, Guatemala y Colombia desde 2008, así como Ecuador y Argentina desde 2011 y más recientemente Costa Rica, con una ley aprobada en febrero de 2012.

 

En Europa, Francia e Inglaterra cuenta con legislaciones desde 2007, mientras que en España está vigente desde principios de 2001.

 

En el marco de esta lucha contra el tabaco, en México desde el 24 de septiembre de 2010 entró en vigor el primer acuerdo que obligó a la industria tabacalera a incluir mensajes sanitarios en todos sus empaques. Los pictogramas y leyendas son diseñados por la Secretaría de Salud.

 

Sin embargo, recientemente se han propuesto otras iniciativas para reducir esta adicción que cobra más de 60 mil muertes al año, con 165 defunciones por día.

 

En mayo pasado, la Comisión Federal de Mejora regulatoria (Cofemer) propuso que el Impuesto Especial sobre Producción y Servicio (IEPS) se duplique de un sólo golpe a 18 pesos por cajetilla, lo que significará un aumento de 37% en el precio al consumidor. Con la medida unos dos millones de fumadores dejarían de serlo.

 

El organismo propuso sumar a esta medida las iniciativas que no se concretaron como parte de la reforma a la Ley General para la Prohibición del Tabaco: limitar en su totalidad la publicidad, establecer espacios libres de humo en todo el país y aumentar el tamaño de los pictogramas en las cajetillas.

 

(Con información de agencias)