Washington. El aspirante republicano a la presidencia de Estados Unidos, Mitt Romney, reconoció hoy que al menos pagó 13% de sus ingresos durante la última década, luego de ser acusado de tomar ventaja de exenciones fiscales.

 

“Fui a ver mis impuestos y en los pasados 10 años nunca pagué menos del 13%, creo que el año más reciente es el 13.6 (por ciento) o algo así, así que pagué impuestos cada año”, señaló Romney en rueda de prensa improvisada en el aeropuerto de Carolina del Sur.

 

Con ello, respondió a la acusación del demócrata Harry Reid, presidente del Senado, en la que indicó que un cliente de la compañía de inversiones que dirigió Romney, le confió que éste pago cero impuestos “en al menos 10 años”, tomando ventaja de exenciones fiscales.

 

El aspirante presidencial rechazó el cargo como “totalmente falso” y desestimó el tema como una distracción a la atención que la campaña debería prestar a otros asuntos de mayor importancia para el país.

 

En uno de los temas de campaña más controversiales, los demócratas acusan a Romney de favorecer políticas de la agenda republicana que incluyen exenciones y recortes de impuestos para los más ricos en detrimento de la clase media.

 

El presidente Barack Obama busca no extender este fin de año la ley de recorte de impuestos que data del ex presidente George W. Bush, y dijo que la gente más adinerada debe de contribuir al balance del déficit presupuestal, en tanto mantendría recortes para contribuyentes que ganan menos de 250 mil dólares al año.

 

Por tradición, los aspirantes a la candidatura presidencial en Estados Unidos hacen públicas sus declaraciones de impuestos.

 

Debido a presiones, el exgobernador de Massachusetts mostró los documentos en enero pasado que comprueban que pagó el 13.9 por ciento de su ingreso de 21.7 millones de dólares en 2010, así como su declaración del 2011.

 

Sin embargo, su campaña ha reiterado que no hará pública más información como contribuyente.

 

El millonario Warren Buffet, contribuyó a la controversia al indicar que le parecía injusto pagar 10 por ciento de impuestos mientras su secretaria contribuyera con 35 por ciento de su ingreso.