En el Estado de México, los jóvenes mantienen vivas diversas tribus urbanas, buscan un círculo de identificación y muchos son estereotipados y señalados, pero en su mayoría aprenden a convivir sin ocasionar problemas.

 

De acuerdo con Concepción Castillo, subdirector de Bienestar del Instituto Mexiquense de la Juventud, en el estado hay una gran diversidad de tribus, en las que los jóvenes encuentran un espacio para expresarse.

 

“En todos los municipios encontramos tribus, pero sobre todo en aquellas zonas muy pobladas el fenómeno se da en mayor proporción, como Ecatepec, Nezahualcóyotl, Chimalhuacán, Chalco, Los Reyes, Texcoco, Tecamac, Atizapán, Tlalnepantla y Naucalpan”, dijo.

 

“Tenemos tribus de todo tipo, desde cholos, punketos, rastas, darketos, hippies, emos, fresas, góticos, graffiteros, patinetos, reguetoneros, tribaleros, y otros que forman sus propias tribus, pero sin ser identificados como una en específico”, explicó.

 

El Estado de México cuenta con una población de jóvenes, de acuerdo con INEGI, de cuatro millones 908 mil 743, y de estos, de acuerdo con estudios del IMEJ, aproximadamente 300 mil se acercan o conviven en determinado momento de su juventud con el fenómeno de las tribus.

 

Castillo explicó que ante la presencia de estos grupos, y a fin de evitar que provoquen problemas, se impulsan diversos programas de atención y apoyo para estos grupos.

 

“Se organizan concursos para las diferentes tribus; por ejemplo, para los graffiteros se organizan las tradicionales pintas de expresión, para los reguetoneros, tribales, punketos, góticos; se hacen conciertos, bailes específicos para cada uno y otras actividades como los concursos y exhibiciones de patineta, etcétera; trabajamos con ellos en actividades que les gustan”, manifestó.

 

“Finalmente son jóvenes que se identifican con determinada forma de vestir, con peinados, con accesorios, con determinada música o forma de expresión, que les permite tener una identidad, una forma de manifestarse, pero han logrado convivir con su entorno y no son como muchos los señalan, grupos de ninis, al menos siete de cada 10 estudian o trabajan e incluso algunos hacen las dos actividades”, dijo.

 

Las tribus urbanas en el estado, sobre todo en zonas como Ecatepec, Nezahualcóyotl, Tecamac, Los Reyes y Chalco, están conformadas por jóvenes desde los 12 hasta los 25 años de edad, que se juntan entre varias colonias, “pero lejos de lo que muchos señalan, la mayoría de estos jóvenes no son parte de los vicios como las drogas”.

 

“Sí, en ocasiones consumen alcohol en sus eventos, pero pocos son los que se han ven involucrados en problemas por drogadicción, alcoholismo o delincuencia, son grupos que mantienen un autocontrol, en términos generales, sano”, puntualizó.

 

Las tribus urbanas se encuentran con mayor frecuencias en los barrios y las zonas de escasos recursos de municipios muy poblados, y de acuerdo con Marco Antonio González, sociólogo y profesor de Ciencias de la Conducta del Instituto Tecnológico de Monterrey campus Lago de Guadalupe, surgen como grupos que buscan contrastar las formas dominantes a través de expresiones, generando una identidad entre ellos.

 

“Son jóvenes que rechazan el pasado, que se enfrenan a la expresión dominante de la juventud, y encuentran en las tribus formas de expresarse y dominar a través del lenguaje, la música, la estética en la forma de vestir, cada uno diferenciado por su cultura que con el paso del tiempo se diversifica y crea otras tribus que sustituyen a las anteriores”, expuso.

 

Precisó que de alguna manera las tribus son grupos marginados que en su mayoría tienen deseos de ser alguien, pero no encuentran la forma de desarrollarse y a través de esta forma de expresan su rechazo.

 

“Son grupos de jóvenes integrados entre ellos mismos que buscan sobresalir, no representan ningún riesgo, sin embargo y lamentablemente algunos sectores y autoridades los estereotipan, vigilan y llegan incluso a maltratarlos, provocando que busquen defenderse, pero son grupos que nacen sin violencia”, refirió.

 

Muchos de los jóvenes que pertenecen a estas tribus no acceden a convivir con quienes no pertenecen a su grupo y tienen el temor de abrirse por los mismos señalamientos que hace la gente.

 

José es un reguetonero de la zona de Aragón en el municipio de Ecatepec, estudia la preparatoria abierta y reconoce que no hay día en que la gente no lo señale por su peinado, por su ropa oscura o por su cadena gruesa con una estrella.