El 23 de septiembre de 1988, Sabeer Bhatia llegó al aeropuerto internacional de Los Ángeles, procedente de Bangalore. Después de 22 horas de vuelo, llegó hambriento, describe Po Bronson en la Wired de diciembre de 1998. Tenía 19 años y en su bolsillo solamente 250 dólares, el máximo de lo que le permite el gobierno de India a sus estudiantes llevar al extranjero.

 

Po Bronson fue uno de los muchos reporteros que contó en la década de los 90 la historia de Sabeer, quien nació en 1969 en Chandigarh.

 

De familia humilde, su padre miembro del ejército y su madre empleada bancaria, consiguió una beca para estudiar en el Cal Tech. Al llegar a Los Ángeles, le decían que debía tomar un shuttle hacia la universidad, pero no sabía qué era eso.

 

Terminó con honores su carrera en el Cal Tech y una maestría en ingeniería eléctrica en Stanford. En 1992, cuenta su leyenda, mientras estudiaba su doctorado, comenzó a trabajar en Apple Computers y dejó la educación de lado, pues el ejemplo del emprendedor del momento indicaba que había que dejar la escuela y confiar en los conocimientos prácticos para triunfar.

 

Odiaba trabajar para Apple, consideraba que era una pérdida de tiempo. Soñaba con tener una idea grandiosa y venderla en millones de dólares. Regresar a India como un héroe.

 

Después de un año en la empresa de Cupertino, se fue a Firepower Systems. Desde que estaba en Apple se hizo muy amigo de Jack Smith. Fue un día de 1995 que platicaba con él que le llegó la idea de pronto. Iba en su auto y le dijo que colgara, que buscara una línea segura porque acababa de tener la idea que los haría millonarios. Quince minutos después volvieron a hablar y concibieron las bases de lo que hoy conocemos como Hotmail.

 

Semanas después, con el plan de negocios en la mano, comenzaron a buscar inversionistas. Gente que pudiera capitalizarlos para llevar al mundo su tecnología. Más de 20 lo rechazaron, porque consideraban que él se quedaba con el control de la empresa o no creían en su idea, de un correo electrónico gratuito, distinto al que las empresas ofrecían a sus empleados. Draper Fisher Jurvetson le dio 300 mil dólares, por 30% de la compañía.

 

El 4 de julio de 1996 lanzaron Hotmail. Los fundadores monitoreaban con beepers el número de suscriptores en tiempo real. Millones de usuarios.

 

A mediados de 1997 Microsoft se acercó a Sabeer Bhatia. Cuenta que llegaban equipos de seis personas a visitarlo cada semana y ponían un número sobre la mesa. Siempre los rechazaba.

 

Sus socios estaban temerosos. Creían que si volvía a rechazar 50 millones de dólares, por querer negociar con Bill Gates otros 10 millones de dólares, perderían la oportunidad de su vida. Pero Bhatia era terco. Quería cientos de millones de dólares y cada semana se lo hacía saber a los empleados de Bill Gates y al mismísimo hombre fuerte de Microsoft en persona.

 

El 31 de diciembre de 1997 el acuerdo se hizo público. Microsoft pagó 400 millones de dólares por Hotmail, que ya tenía más de nueve millones de usuarios.

 

Sabeer, por cierto, es millonario pero no ha tenido otra idea brillante que lo vuelva a regresar a las portadas de los diarios y revistas. Vivía en el olvido, hasta el último día de julio de 2012, cuando muchos nos acordamos de él.

 

El 31 de julio pasado Microsoft anunció sorpresivamente la muerte de Hotmail, el servicio de correo electrónico que hoy más de 300 millones de seres humanos utilizan para comunicarse en este planeta. Se llamará Outlook y tratará de evolucionar lo que Sabeer Bhatia les vendió y que no han podido superar.

 

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