Ante la sobreexplotación de los acuíferos del Valle de México es claro el riesgo de desabasto de agua en pocos años, sin embargo los especialistas consideran inviables en términos económicos y de sustentabilidad los tres proyectos presentados por el gobierno federal para traer agua de otras cuencas de los estados de México, Veracruz e Hidalgo.

 

De acuerdo con cifras del Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias (CRIM) de la UNAM, en México existen 653 acuíferos, de los cuales 104 se consideran sobreexplotados, y siete de éstos se localizan en la zona metropolitana y son los más dañados.

 

A diario se extraen del subsuelo 42 mil litros por segundo, de los cuales 17 mil litros corresponden a la sobreexplotación.

 

La Comisión Nacional del Agua (Conagua) presentó tres proyectos para sustituir la extracción de agua subterránea; para los expertos estas propuestas no son nuevas, se presentaron hace 50 años bajo el mismo argumento, sin que esto ocurriera; al contrario, el área metropolitana creció y la demanda del líquido aumentó.

 

Rafael Carmona, gerente de Coordinación Técnica de Proyectos Especiales de Abastecimiento de Agua Potable y Saneamiento de la Conagua, explicó que la zona requiere 63 mil litros por segundo para abastecer a los 20 millones de habitantes.

 

Estas obras, aseguró Carmona, aprovecharán la gran cantidad de agua que hay en la presa Necaxa y la zona alta de la cuenca de Tecolutla, Veracruz; el exceso de aguas filtradas en el subsuelo del Valle del Mezquital, Hidalgo; y la lluvia que cae en la zona alta de Temascaltepec, Estado de México.

 

En conjunto, la inversión público-privada es de 37 mil millones de pesos. Los estudios de factibilidad ya comenzaron, y se proyecta que los trabajos concluyan en 2014, en la próxima administración.

 

“Los recursos para el desarrollo de la infraestructura son limitados. Tuvimos que preguntarnos qué atendemos primero, ¿nuevas fuentes, o las inundaciones, o el problema del tratamiento de las aguas negras?”

 

El presupuesto se destinó a la construcción del Túnel Emisor Oriente (TEO), la planta de tratamiento de aguas residuales de Atotonilco, así como a las reparaciones en el Canal de la Compañía y el Río de los Remedios.

 

TECOLUTLA, VERACRUZ

 

140 kilómetros es la longitud del acueducto que se construiría desde la presa Necaxa hasta el tanque Chiconautla en Ecatepec, Estado de México (a lo largo de la autopista México-Tuxpan)

Mil 43 metros de altura tendría que bombearse el líquido para poder traerlo al Valle de México

10 mil litros adicionales de agua por segundo

3.5 millones de habitantes serían beneficiados

21 mil mdp es el costo

 

VALLE DEL MEZQUITAL, HIDALGO

 

150 pozos interconectados por 200 kilómetros de tubería hasta una planta potabilizadora

8 mil litros adicionales de agua por segundo (seis mil 500 para el Valle de México y mil 500 para Hidalgo)

2.3 millones de habitantes se beneficiarían

575 metros de altura tendría que bombearse de la planta potabilizadora al tanque Chiconautla, en Ecatepec

9 mil mdp es el costo

 

 

TEMASCALTEPEC, EDOMEX

 

3 mil 500 de agua adicionales

140 metros de altura sería bombeada el agua a través de un acueducto de 42 kilómetros que se unirá a la red de Cutzamala, ya construida

 

El plan es “insuficiente”

Ramón Aguirre, director del Sistema de Aguas de la Ciudad de México

 

“En los 70 se hicieron una serie de planes para el abastecimiento de agua del Valle de México. En esos planes se revisaron todas las cuencas cercanas a la ciudad, susceptibles de aportar agua a través de acueductos.

“Ahora debemos revisar las implicaciones de cada una de ellas y definir un plan, que no sea únicamente de los acueductos. Porque esas acciones no serían suficientes para poder cambiar la problemática tan compleja del abastecimiento.

“Se necesita revisar el aprovechamiento de agua de lluvia; la sectorización y eliminación de fugas en las redes (que requiere seis mil millones de pesos para cambiar cuatro mil kilómetros); usar más aguas residuales; la conveniencia de potabilizar agua residual para recargar el acuífero; disminuir el consumo; revisar la medición y las tarifas.

“Debemos tener un plan que establezca qué acciones vamos a hacer y que involucre a las delegaciones y los municipios para una solución metropolitana. Debe haber una planeación, pero que se actualice de manera permanente”.

 

 

Hacen falta más que tubos

Luis Zambrano, investigador del Instituto de Biología de la UNAM

 

“Estos proyectos no van a resolver el verdadero problema, porque nosotros en el Valle de México vamos a seguir necesitando agua. Vamos a seguir sacando el agua pero no va  a haber manera de meterla, porque nosotros mismos no estamos promoviendo la manera de regresarla al acuífero.

 

“Hemos dejado durante mucho tiempo la responsabilidad para resolver el problema hidráulico a las personas que en la cabeza sólo tienen tubos para solucionarlo, es momento de comenzar a pensar en que la sustentabilidad de la cuenca implica muchísimo más que bombas y tubos.

 

“Hay que pensar en fuentes alternativas, que promuevan la sustentabilidad del agua. Debemos pensar en aprovechar el agua gratis que nos cae, promoviendo las zonas de absorción y restaurando el suelo de conservación que ya se está urbanizando.

 

“No es lo más práctico porque la visión es sacar agua de allá (los estados vecinos) cuando tenemos agua suficiente aquí. A los vecinos los estamos fregando a largo plazo, con problemas a sus ecosistemas, cuando nosotros tenemos nuestros propios problemas, que se pueden resolver.

 

“Ellos (Conagua) nos van a decir que los proyectos son factibles. Todo es factible, pero el punto es que sean sustentables y esto no es sustentable”.

 

El costo energético es enorme

Pedro Moctezuma, investigador de Ingeniería Hidráulica, UAM Iztapalapa

 

“El argumento que se dio es que se iba a traer agua de otros estados para aliviar al acuífero. Ese argumento se utilizó en los años 50 para traer agua del rio Lerma, y más tarde del Cutzamala. Y en realidad la sobreexplotacion de los acuíferos sigue existiendo.

 

“Esto tiene un costo energético enorme. El subir agua a contrapendiente para luego expulsarla por bombeo es irracional. Se calculan costos de hasta cuatro millones de dólares diarios para este tipo de bombeo.

 

“Hay otras opciones que conoce Conagua: reducir las fugas y bajar la demanda del usuario, que es exagerada; lograr equidad en la distribución del agua con una línea primaria que vaya del poniente al oriente; y lograr que los usos agrícolas trabajen con aguas tratadas.

 

“Además, con el aprovechamiento del agua de lluvia en lagunas y zonas de filtración como Xico –en la zona de Amecameca-, podrían tenerse 15 mil litros por segundo, que es agua de la cuenca para la misma cuenca”.