El líder nacional del PRI, Pedro Joaquín Coldwell, calificó de ridículas las amenazas de los partidos de izquierda que advirtieron de posibles estallidos sociales, si el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación rechaza invalidar la elección presidencial.

 

Joaquín Coldwell y el representante de asuntos jurídicos de Enrique Peña, Jesús Murillo, acudieron a una audiencia “de oídas” en el Tribunal Electoral para presentar evidencias que contradigan las entregadas por los partidos que impugnan la elección; ahí coincidieron en que el país no puede ser rehén de un conflicto postelectoral y menos del capricho de una persona que los mexicanos no quisieron como presidente.

 

El dirigente priista afirmó que no hay ninguna base para que conflictos sociales se presenten en nuestro país, señaló que hubo constancia en los hechos y en las urnas de que en la elección se respetó el derecho a competir. Subrayó que ha llegado el momento de comportarse como una democracia madura y los candidatos derrotados acepten los resultados.

 

En conferencia de prensa minutos después de la ofrecida por el Movimiento Progresista, Jesús Murillo indicó que el PRI es respetuoso de la autonomía de las instituciones y no podemos vivir bajo amenazas o presiones a los tribunales pretendiendo imponer un deseo por encima de la voluntad de la ciudadanía; indicó que solicitaron a los magistrados una resolución basada en la calidad de las pruebas, no en la cantidad.

 

Subrayaron que siempre han acatado la voluntad ciudadana, cuando perdió el tricolor no impugnaron, aceptaron por encima de todo el deseo del electorado; dijo Murillo que le parece útil que las personas salgan a las calles y manifiesten su descontento, pero lo grave sería que México tire por la borda lo ganado a través de los años y de esfuerzo democrático por un simple capricho.