Los precios de los productos que integran la canasta básica aumentarán hasta 10% a partir de la próxima semana debido al encarecimiento internacional del trigo, maíz, las harinas y el huevo, anticipó David Lozano, investigador del Centro de Análisis Multidisciplinario de la Faculta de Economía de la UNAM.
Esta escalada de precios en México y en el mundo fue advertida por el Banco Mundial (BM) desde principios de este año, pero el gobierno federal no tomó medidas para contenerla, dijo el investigador.
El organismo registró en enero pasado un incremento de 8% promedio en los precios del maíz, soja y trigo, así como 5% en las cotizaciones del azúcar, productos que se utilizan para fabricar embutidos y alimentos procesados, pan, tortillas, y en el caso de los granos para la engorda del ganado.
Los alimentos que consumimos “irremediablemente aumentarán”, agregó el investigador.
Desde la semana pasada subió el precio de la lenteja, el frijol, el huevo, el pan blanco y el pan dulce. El huevo se vende hasta en 40 pesos en algunos puntos del Distrito Federal y el pan cuesta un peso más por pieza.
La siguiente semana, los cárnicos empezarán a aumentar derivado de la importación de maíz; el precio de la carne de res podría incrementarse en 10 pesos por kilogramo; en el caso de la carne de puerco previó que aumente 8%.
La tortilla pasará de 10 a 14 pesos la siguiente semana. “La quieren aumentar desde hace un mes, están presionando para hacerlo, pero no habían podido”, afirmó Lozano.
En el caso del azúcar tendrá un costo de hasta 28 pesos, y la fructuosa, elaborada a partir de granos de maíz, también subirá de precio. Esto se verá reflejado en los refrescos, jugos y otras bebidas que contienen este endulzante.
Los aceites de diferentes oleaginosas pasarán de 28 pesos a 34 pesos el litro, en promedio durante las próximas semanas. El atún en lata también podría aumentar hasta 11 pesos, debido a que el pescado es engordado con maíz y otros granos.
En el caso de las frutas y verduras sus precios también siguen en aumento. Lozano explicó que frente a los altos precios los consumidores adquieren productos con una menor calidad.
“La gente la compra porque es mucho más barata y la mete al congelador o la cocina de inmediato, para que no se eche a perder”, señaló el investigador.
En el caso de la leche, previó que será a mediados de septiembre cuando empezarán a observarse incrementos. No obstante, el Centro de Análisis Multidisciplinario de la UNAM consideró que la escalada de precios se mantendrá en lo que resta del año.
CRISIS EN EL CAMPO MEXICANO
Para el investigador, el incremento en los precios de los alimentos en el mercado nacional está directamente relacionado con la crisis en el campo, lo que obliga a la importación.
Se refirió al informe de la ONU, publicado el martes, según el cual 90% de la población vive en las urbes, el resto se ubica en las zonas rurales. “Ya no hay productores porque nadie vive allí”.
Mencionó que a pesar de las advertencias de los organismos internacionales la Secretaría de Economía “no hizo absolutamente nada”.
En el momento actual, dijo, la dependencia no ha podido completar las importaciones de huevo y maíz, que además tampoco solucionarán el problema del abasto en el mercado interno, pues los precios serán incosteables para la mayoría de los comerciantes y los ciudadanos, quienes al final restringirán su consumo.
A su vez, la Confederación Nacional Campesina (CNC) criticó ayer que el gobierno federal apoye la importación de alimentos, por encima del apoyo a productores nacionales. Gerardo Sánchez García, presidente de la CNC, subrayó que esos recursos debieron aprovecharse para blindar la soberanía alimentaria.
Precisó que sólo para este año se calcula la erogación de 25 mil millones de dólares en la compra de alimentos del extranjero, cantidad que, en pesos mexicanos, es mayor al presupuesto para el campo de 2012, que ascendió a 305 mil millones de pesos.
RIESGO DE MAYOR OBESIDAD: FAO
El director de la FAO, Jose Graziano Da Silva, declaró ayer que “no hay crisis alimentaria, hay crecimiento de precios” y no se espera por el momento “el aumento del número de hambrientos”.
Da Silva dijo que con el aumento de los precios no crece el número de hambrientos, pero sí el número de obesos porque las frutas, verduras y legumbres son sustituidas por alimentos hipercalóricos.
“Este efecto de sustitución afecta a los niños, a las mujeres y a los ancianos” y la FAO propone políticas de educación alimentarias para cuidar la nutrición, a la par que el director general hizo hincapié en los productos sustitutivos del trigo como arroz, patata, mandioca.
En declaraciones, Graziano Da Silva subrayó que “los biocombustibles de los cereales sí son elementos a tener en cuenta en el aumento de los precios de los alimentos”, pero es sólo uno más de una larga lista de recomendaciones de la FAO.
“El maíz entra en todas la cadenas de producción agropecuarias -precisó-, carnes, aves, pollos, cerdo, leche y derivados” que están siendo llevados al mercado porque le resulta más rentable dado el alza del precio del maíz, del que dijo que es “como el petróleo”.
La FAO y el Banco Mundial advirtieron a principios del año que la sequía y las heladas en algunas zonas del mundo, la inestabilidad de los precios de los hidrocarburos y la crisis financiera global impactarían en los precios de los alimentos durante 2012. con información de EFE.