Gerardo Badín, conciliador y administrador de Mexicana, evita decir si la aerolínea que no vuela desde el 8 de agosto de 2010 quebrará en cualquier momento, ahora que el juez Felipe Consuelo Soto fue sustituido.

 

Su futuro, y el de la empresa, ahora está en manos de Edith Encarnación Alarcón Meixuero, quien remplazó a Consuelo Soto al frente del juzgado que está manejando el expediente de la línea aérea.

 

“Depende de la juez”, dice Badín cuando se le pregunta por la quiebra, algo que piden desde hace meses algunos acreedores, alegando que el valor de la empresa se ha desplomado.

 

Y calcula que si Mexicana quiebra, le costará al país unos cuatro mil millones de pesos. Sería un error, dice, porque la empresa está lista para regresar a los cielos.

 

Gerardo Badín defiende su actuación durante este proceso, en medio de las críticas y el rechazo a su desempeño por parte de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes y de algunos acreedores.

 

Vicente Corta Fernández, abogado y socio del despacho White & Case, quien desistió el pasado 17 de agosto de continuar siendo el interventor de Banorte, la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco), el Banco de Comercio Exterior, Aeropuertos y Servicios Auxiliares (ASA), el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) y la Asociación Sindical de Pilotos Aviadores (ASPA), es uno de los más críticos del rol que han jugado Badín y Felipe Consuelo.

 

Según el representante del bufete, el juez Felipe Consuelo Soto, el administrador y conciliador Gerardo Badín, así como el Instituto Federal de Especialistas de Concursos Mercantiles (Ifecom) fallaron en el rescate de la empresa, ya que le han hecho un daño irreversible.

 

“A dos años de buscar la capitalización de la compañía, los resultados han sido malos, porque la aerolínea no ha vuelto a volar. La actuación de muchos actores no fue la más afortunada”, manifestó el miembro activo en el consejo de Administración del Grupo Aeroportuario del Pacífico (GAP).

 

“Se han perdido aviones, personal, rutas, prestigio, reputación en el mercado, incluso actualización tecnológica, lo cual será difícil rescatar y los responsables de eso son quienes de forma unilateral extendieron el concurso mercantil”, manifestó.

 

Ahora el reto es establecer un plan de negocios para hacer atractiva a la empresa ante los “inversionistas serios”, que destinen capital lo antes posible, señaló el abogado.

 

“Ha sido un proceso concursal mal llevado y se traduce en los resultados alcanzados hasta este momento. La esperanza es que con los cambios del juez, administrador y conciliador se cuente con equipo profesional y encause a la aerolínea, porque esa es la última esperanza”, dijo.

 

Badín dice que las acusaciones se contradicen con el fuerte trabajo que ha realizado. Por ejemplo, recuerda que tiene acuerdos firmados con más de 60% de los acreedores.

 

Quitas promedio firmadas superiores a 90% de la deuda. Se han restructurado los contratos colectivos de trabajo, firmados y depositados ante la Secretaría del Trabajo y Previsión Social. “Con una reducción en el costo de 42%, eso hace muy atractivo el nuevo contrato”, dice Badín.

 

Y asegura que los inversionistas están decididos a entrar y capitalizar la empresa, prácticamente de manera inmediata. “La restructura está prácticamente concluida”, asegura Badín.

 

Dice que las condiciones de la empresa son aceptables para cualquier inversionista. Agrega que el borrador del convenio concursal está en sus manos desde hace tiempo.

 

“Necesito que una vez que haya terminado la negociación, se haya hecho el fideicomiso que quiere hacer el inversionista, al pasarlo en limpio, poner nombres, firmarlo y presentarlo al juzgado. Tenemos todo”.

 

Los inversionistas interesados, dice, son tres. Han ido con el juez. Ahí se atora la negociación, porque no es barato traer unos 300 millones de dólares a México. Las autoridades piden que se demuestre que ahí está el dinero, han dado todas las facilidades, pero el dinero no lo quieren entregar en una sola exhibición los inversionistas.

 

“Med Atlántica le enseñó al juez que sí tenía dinero. Te demuestro. Le dijo, ahora traelo, y mételo al fideicomiso. Eso es lo que está haciendo el inversionista, porque en este momento sigue interesado”.

 

Fuentes de Mexicana informaron a este diario que esta semana Christian Cadenas, representante de Med Atlántica, se reunió con la juez. Tenían intenciones de conocerla. Los empresarios que están detrás del proyecto de compra querían saber si “traía línea”.

 

Fueron preparados para lo peor. Sin embargo, dicen las fuentes de Mexicana, salieron muy contentos, pues Edith Encarnación Alarcón Meixuero les hizo preguntas que reflejaban su interés en la compañía. Preguntas que daban cuenta de que no sustituyó a Felipe Consuelo para borrar de un plumazo a la empresa.

 

Badín dice que hace falta el certificado de operador aéreo, concluir el proceso de capitalización de parte de los inversionistas y cerrar el acuerdo concursal. Pero lo más importante, concluir los acuerdos con dos de los acreedores clave, Bancomext y Banorte.

 

Mientras tanto, los empleados de Mexicana parecen quedarse sin protección. El último inversionista que seriamente presiona por quedarse con la empresa y echarla a volar otra vez, está por lanzar su última oferta.

 

300 Millones de dólares se necesitan para que la aerolínea vuelva a volar

 

 

 

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