Digamos que usted es un empresario que depende de la importación de cierto producto y que por obvias razones su negocio es muy sensible a las variaciones del tipo de cambio. Bueno, pues ¿qué me diría si le cuento que en sus manos está el darle certidumbre al precio del dólar para los próximos meses o incluso años?
Eso es lo que un Derivado puede hacer por usted. Por su negocio. Siempre y cuando se encomiende usted a un experto probado y no a un “falso ídolo”.
Todos los días leemos acerca de incertidumbre y volatilidad financiera. Que empresas de diverso calibre en aparente bonanza de la noche a la mañana enfrenten problemas de desequilibrio financiero por emprender acciones inspiradas más en la voracidad lucrativa que por la estrategia sensata.
Pareciera que muchos directores financieros de diversas empresas, a pesar de contar con excelente formación académica, actualización permanente e integridad probada, se encomiendan a “falsos ídolos” para contrarrestar algunas debilidades, como la falta de especialización en el uso de Derivados como instrumento clave en el desarrollo de estrategias financieras responsables.
Un Derivado, en palabras simples, es un contrato cuyo valor se basa en el precio de un activo -como divisas, oro, plata, granos… materias primas- y el plazo de vigencia del acuerdo.
Es un instrumento muy eficiente para crear esquemas de certidumbre en los negocios ante escenarios de volatilidad y tumbos económicos. Es una excelente herramienta para eficientar estrategias de control de riesgos financieros dentro de las compañías.
Sin embargo, la falta de especialización en el tema por parte de muchos financieros ha detonado historias corporativas de terror al usar los Derivados como instrumentos para lograr utilidades especulando con los precios, principalmente de divisas y de diversos “commodities”. Esto por voracidad y por la fe en la palabra de “falsos ídolos”: Los famosos brokers.
Ellos, los brokers o intermediarios, suelen basar sus recomendaciones más en intereses personales que en análisis responsables alineados a los objetivos de las empresas.
Sin duda, los brokers o intermediarios tienen una función específica en el ecosistema financiero, pero de ninguna manera deben verse o escucharse como asesores en Derivados, pues difícilmente conocen a detalle los objetivos de una empresa, así como las proyecciones en el comportamiento de las variables clave para el negocio de esa compañía.
En México hay muy pocos asesores financieros especializados en Derivados y en riesgos financieros. Están las grandes firmas internacionales como Ernst & Young, y también firmas locales como GQ Consultores, encabezada por el Mtro. Sergio García Quintana, uno de los consultores más reconocidos y con mayor protagonismo como consigliere financiero para los sectores privado y público.
A su decir, el análisis puntual de las variables fundamentales para cada negocio es la clave para diseñar una estrategia financiera seria y responsable, basada en Derivados u otros instrumentos financieros, para minimizar riesgos y alcanzar los objetivos esperados por los inversionistas.
Los Derivados son una magnífica herramienta para tomar coberturas y poder navegar con mayor certidumbre en las agitadas aguas de la volatilidad e incertidumbre económica, siempre y cuando las decisiones para su uso se tomen considerando análisis profesionales de los indicadores clave y su desempeño en el futuro de acuerdo con el perfil de cada empresa y de su sector industrial.