La Arquidiócesis Primada de México llamó a consolidar la democracia, luego del fallo del TEPJF en la contienda por la Presidencia de la República, con el fin de avanzar hacia una sociedad que supere la corrupción, la manipulación y el chantaje.
Eso sólo se logra con más transparencia en el ejercicio del poder, más presencia y vigilancia de las instituciones gubernamentales y mayor corresponsabilidad en los temas apremiantes para la nación, señaló.
“Las autoridades electas tienen delante de sí la oportunidad de valorar e integrar en sus plataformas de gestión y de gobierno las propuestas de sus adversarios, pues también ellos recibieron la confianza de un cierto volumen del electorado”, expuso en el semanario Desde la Fe.
Éste periodo postelectoral puede y debe ser la oportunidad para “erradicar obsesiones, ciegos triunfalismos o autocomplacencias inmóviles y favorecer los caminos del diálogo, la reconciliación, el trabajo conjunto y la búsqueda de soluciones ante los desafíos que plantea el país”.
El Arzobispado de México aprovechó para resaltar la labor del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) luego de los comicios del pasado 1 de julio.
“Su labor ha sido ampliamente cubierta por los medios de comunicación y su decisión ofrece la certeza razonable de que, institucionalmente, hay mecanismos para fortalecer y salvaguardar los derechos democráticos de los mexicanos”, indicó.
Sin embargo, aunque el proceso electoral concluya y se resuelva en plenitud tras el fallo del tribunal, el ejercicio de la construcción democrática y de las responsabilidades ciudadanas debe permanecer en el ánimo y la voluntad de la sociedad.
Si bien el país requiere que las instituciones públicas y políticas estén a la altura de las exigencias sociales y respondan con veracidad, justicia y legalidad a los cuestionamientos sobre el orden ético y moral de las elecciones, también tiene en la ciudadanía al principal actor de la construcción democrática.
“Es estéril y corto de visión reducir el camino democrático a la emisión personal del voto. La tarea social inmediata es propiciar la libertad del sufragio, tener certeza sobre la autenticidad ética y moral del mismo y garantizar sanas condiciones democráticas en la competencia por el ejercicio del poder”, hizo notar.
Afirmó que “queda un largo camino por recorrer, pues quedó demostrado que muchos de los contendientes políticos de todos los partidos -no sólo de uno, como si los demás fueran inmaculados- continúan los caminos de la corrupción, la intimidación, la coacción, el engaño y el uso inmoral de recursos para garantizar su titularidad en el control y el ejercicio del poder”.
De igual forma lamentó que algunos sectores ciudadanos sigan respondiendo a intereses mezquinos que poco ayudan a la construcción de una sociedad madura, digna, libre y responsable.