Actualmente, sólo 19% de la electricidad producida en México proviene de fuentes limpias, y de ésta sólo 3.5% es de origen nuclear; el resto proviene de combustibles fósiles.

 

La energía nuclear constituye una alternativa sostenible porque representa una opción económica, limpia y segura con beneficios para la sociedad y posibilidades de ampliar su potencial en el largo plazo, aseguró Juan Luis François Lacouture, académico de la Facultad de Ingeniería de la UNAM.

 

En el marco del Año Internacional de la Energía Sostenible para Todos, destacó que el impulso a esta fuente responde a la preocupación de no privar a generaciones futuras de satisfacer sus necesidades. “Tal es el caso de los productos petroquímicos, limitados por el agotamiento del petróleo”, ejemplificó.

 

Al considerar los niveles de utilización actuales, las reservas convencionales reconocidas de uranio durarían hasta 300 años. Por las nuevas tecnologías de reciclaje y reprocesamiento, la nuclear podrá aprovecharse por milenios, subrayó.

 

Frente a este escenario, la tecnología nuclear tiene ventajas como  producir menos residuos y aprovechar el recurso al máximo. El potencial energético de una pastilla de uranio, que mide menos de un centímetro de diámetro por uno de altura, equivale a 810 kilogramos de carbón, 565 litros de petróleo y 480 metros cúbicos de gas natural. Al fisionarse genera un millón de veces más energía que durante el proceso de combustión, precisó.

 

El integrante del Departamento de Sistemas Energéticos de la Facultad de Ingeniería resaltó que la energía nuclear es una opción competitiva, al comparar el costo de diversas tecnologías utilizadas para generar electricidad, por cada unidad de megawatt hora producida, de acuerdo con estudios de la Agencia Internacional de Energía (IEA, por sus siglas en inglés).

El conocimiento generado a partir de su utilización representa un “motor de descubrimientos” en áreas como ingeniería, robótica e informática, además de aprovecharse en aplicaciones para beneficio de las personas, por ejemplo, en medicina, con el diagnóstico y tratamiento de enfermedades como el cáncer y el mal funcionamiento de la tiroides.

 

 

Una alternativa segura

 

Desde los bombardeos a Hiroshima y Nagasaki en 1945, la energía nuclear genera temor. Por ejemplo, en su trabajo más reciente, el cineasta Christopher Nolan recrea la amenaza que se cierne sobre una ciudad por un reactor de fisión utilizado como una bomba de tiempo, lo que es totalmente imposible.

 

Muchas veces la ficción utiliza este miedo como recurso. Para tener una bomba atómica se requieren núcleos de uranio 235 concentrados casi al 100%, a fin de liberar energía en grandes proporciones en un tiempo muy breve, lo que no es factible en un reactor nuclear, explicó.

 

El experto subrayó que a nivel global existen mecanismos para vigilar que los materiales nucleares no sean desviados para fabricar armamento. La industria relacionada se ocupa de que todas las salvaguardiasexportaciones e importaciones de materiales y tecnología nuclear- sean vigiladas por el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA).